El ser humano es hospedador de una gran variedad de bacterias, protozoos y virus patógenos. Además, ciertos miembros de la flora microbiana normal pueden convertirse en invasores y producir enfermedades cuando los mecanismos de defensa del hospedador están suprimidos.
Las propiedades del parásito que causa un daño al hospedador varían dentro de los principales grupos. Las toxinas, responsables de las consecuencias patológicas de muchas infecciones bacterianas, están ausentes o son raras en las infecciones por hongos o protozoos, la mayoría de los cuales deben su patogeneidad a la inducción de reacciones de hipersensibilidad. La hipersensibilidad también desempeña un papel en muchas enfermedades víricas, junto con el daño causado directamente a la célula a causa del crecimiento intracelular del virus. También se observan diferencias en los mecanismos inducibles de resistencia del hospedador mediante los cuales se mantienen bajo control los diferentes grupos microbianos. Los anticuerpos tienen una función destacada en la defensa frente a muchos patógenos bacterianos, pero probablemente poco significativa en otros tipos de infecciones.
Enfermedades entéricas de origen bacteriano |
El tubo digestivo es el hábitat natural de muchas clases de bacterias, la mayoría de ellas inocuas en las condiciones ordinarias. Un número de habitantes intestinales son, sin embargo, serios patógenos; entre ellos se incluyen los agentes causantes de las fiebres tifoidea y paratífica, la disentería, el cólera, las infecciones causadas por Salmonella, incorrectamente llamadas «intoxicación bacteriana por los alimentos»
Algunas de estas bacterias causan daños localmente, mientras que otras se dispersan desde los tejidos del intestino a otras partes del cuerpo. Todas, sin embargo, tienen dos importantes atributos en común:
- abandonan el cuerpo en la materia fecal excretada.
- deben entrar en el nuevo hospedador a través de la boca, para llegar de nuevo al intestino.
Las enfermedades entéricas, tal como son denominadas, se adquieren principalmente al tragar alimentos o bebidas contaminadas con heces.
Antes de la introducción de las condiciones sanitarias modernas, los abastecimientos de agua estaban constantemente sometidos a la contaminación directa a partir de las letrinas o de las alcantarillas defectuosas. Hoy, sin embargo, la contaminación por estos métodos se ha convertido en algo raro y se han hecho relativamente más importantes otros métodos de transmisión. La mosca doméstica común es un eficaz agente de transmisión porque visita indiscriminadamente tanto los alimentos como las heces. Además existen muchísimos más portadores sanos de patógenos entéricos que casos clínicos declarados, por lo que cualquiera que maneje alimentos es una fuente potencial de contaminación. Por lo tanto, solamente la más estricta higiene personal por parte de las personas que manipulan los alimentos puede evitar la dispersión de las enfermedades entéricas.
Muchos animales, incluidos el ganado y las aves de corral, pueden estar infectados naturalmente con miembros del género Salmonella, por lo que es posible quedar infectado al comer carne o huevos contaminados.
Enfermedades transmitidas por contacto directo |
Existe un pequeño número de patógenos para los que la puerta de entrada es la piel o las membranas mucosas y que para su transmisión dependen del contacto directo.
Este grupo incluye a los agentes causantes de las enfermedades venéreas sífilis y gonorrea. El organismo responsable en cada caso no puede vivir largo rato fuera del hospedador y requiere el contacto directo de las membranas mucosas para su transmisión. El acto sexual es, por lo tanto, uno de los principales medios de propagar estas enfermedades, aunque la sífilis puede adquirirse también antes del nacimiento, y la gonorrea durante el nacimiento, a partir de una madre infectada. En los trópicos existen varias enfermedades causadas por organismos estrechamente relacionados con el agente de la sífilis que normalmente no se transmiten mediante la relación sexual. Todas ellas se inician como infecciones de la piel y requieren el contacto directo para su transmisión. La frambesia o pian es un ejemplo de este grupo. Otras tres enfermedades no venéreas que son transmisibles por contacto directo son el carbunco, la tularemia y la brucelosis. Todas son enfermedades de los animales que pueden ser transmitidas al hombre. La brucelosis, una enfermedad de las cabras, ganado vacuno y porcino, constituye un severo riesgo ocupacional para las personas que manejan animales, incluidos los veterinarios, matarifes y trabajadores relacionados con los productos lácteos. La tularemia, una enfermedad de roedores salvajes, la contraen con frecuencia los cazadores y los carniceros que manejan piezas de caza salvaje.
Enfermedades adquiridas al ingerir toxinas bacterianas
La ingestión de alimentos conteniendo la toxina de Clostridium botulinum (foto de la izquierda) o bien la de Staphylococcus aureus causa enfermedades graves. Aunque la enfermedad no es posteriormente transmitida por la víctima, cuando una de las fuentes de alimento corrientes se contamina puede provocarse un foco que afecta a muchas personas. Antes de la introducción de un estricto código conservero, esta industria era responsable, cada año, de muchas muertes debidas al botulismo(ingestión de toxina de Clostridium botulinum). Los que manejan los alimentos y tienen lesiones estafilocócicas abiertas en la piel continúan siendo todavía una causa de focos de envenenamiento alimentario estafilocócico.
Enfermedades producidas por riquetsias |
Las riquetsias son bacterias parásitas estrictas, extremadamente pequeñas. Sontodas parásitos intracelulares. Una de las características más destacadas de las riquetsias es su relación parasítica con artrópodos (piojos, pulgas, chinches y garrapatas). Éstos son sus hospedadores naturales, en los que viven habitualmente sin producir enfermedad.
Las riquetsias se han adaptado también a mamíferos, a los que son transmitidas por la picadura de un artrópodo. Por lo tanto, las cadenas de transmisión artrópodo-mamífero-artrópodo son comunes. En la mayoría de los casos, el hombre es solamente un hospedador accidental, que no forma parte de una cadena de transmisión; la única excepción es el tifus exantemático, transmitido por el piojo.
Enfermedades transmitidas por gotitas |
La transmisión de enfermedades por la ruta respiratoria se denomina infección por gotitas, debido a que en tales casos los microorganismos patógenos -bacterianos o víricos- son llevados de una persona a otra en gotitas microscópicas de saliva.
En países en donde están en práctica los métodos sanitarios modernos, la infección por gotitas es, con gran diferencia, el camino más importante por el cual se extiende la enfermedad. Cada vez que una persona estornuda, tose o incluso habla en voz alta, exhala una tenue nube de gotitas de saliva. Cada gotita contiene algo de proteína disuelta, así como números variables de los microorganismos que habitan en la boca y en el tracto respiratorio; las gotitas se evaporan rápidamente, dejando en el aire un gran número de diminutos copos de proteína, que contienen bacterias vivas.
Una persona que padezca una infección respiratoria, con toda certeza contaminará a todas las demás personas que estén en su presencia cuando estornude, tosa o hable. El único camino para evitar una dispersión de este tipo sería exigir que todos los individuos llevasen puestas mascarillas provistas de filtros. Una medida tan extremada no ha sido posible llevarla a la práctica, ni imponerla. El resultado es que, en una ciudad populosa, un patógeno respiratorio altamente infectivo, tal como el virus de la gripe, puede pasar de una persona a varios millones de otras en un período de tiempo de tan sólo 6 u 8 semanas.
Enfermedades Bacterianas
Enfermedades transmitidas por vectores animales |
Ciertos patógenos se han ido adaptando, a lo largo de su evolución, a dos o más hospedadores alternativos. El bacilo de la peste, por ejemplo, puede multiplicarse en ratas, pulgas y en el hombre; la pulga lo transporta de un roedor a otro o del roedor al hombre y nunca tiene que tratar de sobrevivir en ambientes inadecuados para su desarrollo.
Los agentes de la peste y de la tularemia son las únicas bacterias de esta categoría, pero existen muchas enfermedades producidas por virus, riquetsias y protozoos transmitidas por un vector animal. Las epidemias de malaria, fiebre amarilla, rabia, tifus exantemático y peste, diseminadas de esta manera, han alterado radicalmente el curso de la historia de la humanidad. La misma propiedad de tener hospedadores alternativos, que constituye una gran ventaja para los parásitos, ha conducido también a su control. Mediante la eliminación del vector (la especie que transmite el patógeno) o bien del reservorio de la infección (la especie a partir de la cual el vector obtiene la infección) el hombre ha sido capaz de erradicar tales enfermedades en zonas muy amplias.
Infecciones de las heridas
Siempre que un material extraño no esterilizado penetra en una herida, se introducen microorganismos. Si las condiciones existentes en la herida son adecuadas para el crecimiento de uno o más microbios contaminantes, se presenta una infección que puede llegar a extenderse por los tejidos o por el sistema circulatorio.
La introducción en las heridas no puede considerarse como una vía «natural» de transmisión, ya que es demasiado irregular e infrecuente como para asegurar la perpetuación de una especie parásita. Se ha visto que las heridas más frecuentemente infectadas albergan bacterias que viven de ordinario en el suelo, tales como los clostridios. Los clostridios son anaerobios estrictos que no crecen en tejidos sanos. Las heridas profundas, sin embargo, forman un ambiente ideal, ya que hay tejidos muertos (necróticos) presentes, no hay aire y la oxigenación de los tejidos está reducida como consecuencia de la circulación alterada. Los clostridios forman esporas y son tan ubicuos en la naturaleza que cualquier herida profunda en la que se introduzca un trapo o un poco de tierra tiene una elevada probabilidad de quedar contaminada con alguna especie de Clostridium. Muchos de estos organismos producen potentes exotoxinas que matan a los tejidos circundantes del hospedador. Una especie, Clostridium tetani, produce una toxina que afecta a los nervios y causa espasmos musculares. Si no se trata la infección, es casi invariablemente fatal. Esta enfermedad se llama tétanos. Otros clostridios causan graves daños locales (gangrena) en el lugar de la infección. Aunque los clostridios son los más peligrosos patógenos de las heridas, en ellas pueden establecerse muchas otras bacterias. Entre los contaminantes corrientes de las heridas figuran estafilococos, estreptococos, enterobacterias y pseudomonas.
La leptospirosis, que comienza como una infección de una herida, es una enfermedad que afecta a los trabajadores que, debido a su oficio, están en contacto frecuente con aguas contaminadas. Las leptospiras son parásitos de cerdos, perros y roedores y son excretadas por la orina de los animales infectados, Pueden infectar al hombre solamente a través de pequeñas heridas o grietas de la piel y esta enfermedad es muy frecuente entre las personas que trabajan en lugares húmedos, tales como alcantarillas, mercados de pescado, campos húmedos o canales.
Enfermedades producidas por clamidias |
Las clamidias, como las riquetsias, son parásitos estrictos intracelulares de aves y mamíferos. En sus hospedadores naturales tienden a producir infecciones latentes prolongadas; la enfermedad declarada es más característica de la infección adquirida por una especie hospedadora diferente. Cuatro enfermedades humanas están causadas por clamidias: la psitacosis (ornitosis), el linfogranuloma venéreo y dos enfermedades de los ojos, el tracoma y una conjuntivitis clamidial. Las dos últimas están causadas por organismos estrechamente relacionados, clasificados comoChlamydia trachomatis. No obstante, el agente de la conjuntivitis clamidial habita normalmente en el tracto genitourinario humano, a partir del cual se extiende ocasionalmente a los ojos ; el agente del tracoma habita normalmente en los tejidos del ojo y tejidos circundantes.
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