martes, 18 de marzo de 2014

ENFERMEDADES MICROBIANAS




Protozoo ciliadoEl ser humano es hospedador de una gran variedad de bacterias, protozoos y virus patógenos. Además, ciertos miembros de la flora microbiana normal pueden convertirse en invasores y producir enfermedades cuando los mecanismos de defensa del hospedador están suprimidos.
Las propiedades del parásito que causa un daño al hospedador varían dentro de los principales grupos. Las toxinas, responsables de las consecuencias patológicas de muchas infecciones bacterianas, están ausentes o son raras en las La Encefalopatía espongiforme bovina (EEB) o "mal de la vaca loca" es una enfermedad progresiva que ataca el sistema nervioso de los bovinos adultos que termina indefectiblemente con la muerte del animal. Es producida por proteínas modificadas del organismo que se conocen como priones. Los prionesinfecciones por hongos o protozoos, la mayoría de los cuales deben su patogeneidad a la inducción de reacciones de hipersensibilidad. La hipersensibilidad también desempeña un papel en muchas enfermedades víricas, junto con el daño causado directamente a la célula a causa del crecimiento intracelular del virus. También se observan diferencias en los mecanismos inducibles de resistencia del hospedador mediante los cuales se mantienen bajo control los diferentes grupos microbianos. Los anticuerpos tienen una función destacada en la defensa frente a muchos patógenos bacterianos, pero probablemente poco significativa en otros tipos de infecciones.


Enfermedades entéricas de origen bacteriano

Solamente la más estricta higiene personal por parte de las personas que manipulan los alimentos puede evitar la dispersión de las enfermedades entéricas. El tubo digestivo es el hábitat natural de muchas clases de bacterias, la mayoría de ellas inocuas en las condiciones ordinarias. Un número de habitantes intestinales son, sin embargo, serios patógenos; entre ellos se incluyen los agentes causantes de las fiebres tifoidea y paratífica, la disentería, el cólera, las infecciones causadas por Salmonella, incorrectamente llamadas «intoxicación bacteriana por los alimentos»
Algunas de estas bacterias causan daños localmente, mientras que otras se dispersan desde los tejidos del intestino a otras partes del cuerpo. Todas, sin embargo, tienen dos importantes atributos en común:
  • abandonan el cuerpo en la materia fecal excretada.
  • deben entrar en el nuevo hospedador a través de la boca, para llegar de nuevo al intestino.
Las enfermedades entéricas, tal como son denominadasse adquieren principalmente al tragar alimentos o bebidas contaminadas con heces.
Antes de la introducción de las condiciones sanitarias modernas, los abastecimientos de agua estaban constantemente sometidos a la contaminación directa a partir de las letrinas o de las alcantarillas defectuosas. Hoy, sin embargo, la contaminación por estos métodos se ha convertido en algo raro y se han hecho relativamente más importantes otros métodos de transmisión. La mosca doméstica común es un eficaz agente de transmisión porque visita indiscriminadamente tanto los alimentos como las heces. Además existen muchísimos más portadores sanos de patógenos entéricos que casos clínicos declarados, por lo que cualquiera que maneje alimentos es una fuente potencial de contaminación. Por lo tanto, solamente la más estricta higiene personal por parte de las personas que manipulan los alimentos puede evitar la dispersión de las enfermedades entéricas.
Muchos animales, incluidos el ganado y las aves de corral, pueden estar infectados naturalmente con miembros del género Salmonella, por lo que es posible quedar infectado al comer carne o huevos contaminados.

Enfermedades transmitidas por contacto directo

Existe un pequeño número de patógenos para los que la puerta de entrada es la piel o las membranas mucosas y que para su transmisión dependen del contacto directo.
Este grupo incluye a los agentes causantes de las enfermedades venéreas sífilis y gonorrea. El organismo responsable en cada caso no puede vivir largo rato fuera del hospedador y requiere el contacto directo de las membranas mucosas para su transmisión. El acto sexual es, por lo tanto, uno de los principales medios de propagar estas enfermedades, aunque la sífilis puede adquirirse también antes del nacimiento, y la gonorrea durante el nacimiento, a partir de una madre infectada. En los trópicos existen varias enfermedades causadas por organismos estrechamente relacionados con el agente de la sífilis que normalmente no se transmiten mediante la relación sexual. Todas ellas se inician como infecciones de la piel y requieren el contacto directo para su transmisión. La frambesia o pian es un ejemplo de este grupo. Otras tres enfermedades no venéreas que son transmisibles por contacto directo son el carbunco, la tularemia y la brucelosis. Todas son enfermedades de los animales que pueden ser transmitidas al hombre. La brucelosis, una enfermedad de las cabras, ganado vacuno y porcino, constituye un severo riesgo ocupacional para las personas que manejan animales, incluidos los veterinarios, matarifes y trabajadores relacionados con los productos lácteos. La tularemia, una enfermedad de roedores salvajes, la contraen con frecuencia los cazadores y los carniceros que manejan piezas de caza salvaje.

Enfermedades adquiridas al ingerir toxinas bacterianas

Clostridium botilinumLa ingestión de alimentos conteniendo la toxina de Clostridium botulinum (foto de la izquierda) o bien la de Staphylococcus aureus causa enfermedades graves. Aunque la enfermedad no es posteriormente transmitida por la víctima, cuando una de las fuentes de alimento corrientes se contamina puede provocarse un foco que afecta a muchas personas. Antes de la introducción de un estricto código conservero, esta industria era responsable, cada año, de muchas muertes debidas al botulismo(ingestión de toxina de Clostridium botulinum). Los que manejan los alimentos y tienen lesiones estafilocócicas abiertas en la piel continúan siendo todavía una causa de focos de envenenamiento alimentario estafilocócico.


Enfermedades producidas por riquetsias

Las riquetsias son bacterias parásitas estrictas, extremadamente pequeñas. Sontodas parásitos intracelulares. Una de las características más destacadas de las riquetsias es su relación parasítica con artrópodos (piojos, pulgas, chinches y garrapatas). Éstos son sus hospedadores naturales, en los que viven habitualmente sin producir enfermedad. 

Las riquetsias se han adaptado también a mamíferos, a los que son transmitidas por la picadura de un artrópodo. Por lo tanto, las cadenas de transmisión artrópodo-mamífero-artrópodo son comunes. En la mayoría de los casos, el hombre es solamente un hospedador accidental, que no forma parte de una cadena de transmisión; la única excepción es el tifus exantemático, transmitido por el piojo.

Enfermedades transmitidas por gotitas
La transmisión de enfermedades por la ruta respiratoria se denomina infección por gotitas, debido a que en tales casos los microorganismos patógenos -bacterianos o víricos- son llevados de una persona a otra en gotitas microscópicas de saliva.

En países en donde están en práctica los métodos sanitarios modernos, la infección por gotitas es, con gran diferencia, el camino más importante por el cual se extiende la enfermedad. Cada vez que una persona estornuda, tose o incluso habla en voz alta, exhala una tenue nube de gotitas de saliva. Cada gotita contiene algo de proteína disuelta, así como números variables de los microorganismos que habitan en la boca y en el tracto respiratorio; las gotitas se evaporan rápidamente, dejando en el aire un gran número de diminutos copos de proteína, que contienen bacterias vivas.

Una persona que padezca una infección respiratoria, con toda certeza contaminará a todas las demás personas que estén en su presencia cuando estornude, tosa o hable. El único camino para evitar una dispersión de este tipo sería exigir que todos los individuos llevasen puestas mascarillas provistas de filtros. Una medida tan extremada no ha sido posible llevarla a la práctica, ni imponerla. El resultado es que, en una ciudad populosa, un patógeno respiratorio altamente infectivo, tal como el virus de la gripe, puede pasar de una persona a varios millones de otras en un período de tiempo de tan sólo 6 u 8 semanas.

Enfermedades Bacterianas
Enfermedades transmitidas por vectores animales
Ciertos patógenos se han ido adaptando, a lo largo de su evolución, a dos o más hospedadores alternativos. El bacilo de la peste, por ejemplo, puede multiplicarse en ratas, pulgas y en el hombre; la pulga lo transporta de un roedor a otro o del roedor al hombre y nunca tiene que tratar de sobrevivir en ambientes inadecuados para su desarrollo.


Los agentes de la peste y de la tularemia son las únicas bacterias de esta categoría, pero existen muchas enfermedades producidas por virus, riquetsias y protozoos transmitidas por un vector animal. Las epidemias de malaria, fiebre amarilla, rabia, tifus exantemático y peste, diseminadas de esta manera, han alterado radicalmente el curso de la historia de la humanidad. La misma propiedad de tener hospedadores alternativos, que constituye una gran ventaja para los parásitos, ha conducido también a su control. Mediante la eliminación del vector (la especie que transmite el patógeno) o bien del reservorio de la infección (la especie a partir de la cual el vector obtiene la infección) el hombre ha sido capaz de erradicar tales enfermedades en zonas muy amplias.

Infecciones de las heridas
Siempre que un material extraño no esterilizado penetra en una herida, se introducen microorganismos. Si las condiciones existentes en la herida son adecuadas para el crecimiento de uno o más microbios contaminantes, se presenta una infección que puede llegar a extenderse por los tejidos o por el sistema circulatorio.
La introducción en las heridas no puede considerarse como una vía «natural» de transmisión, ya que es demasiado irregular e infrecuente como para asegurar la perpetuación de una especie parásita. Se ha visto que las heridas más frecuentemente infectadas albergan bacterias que viven de ordinario en el suelo, tales como los clostridios. Los clostridios son anaerobios estrictos que no crecen en tejidos sanos. Las heridas profundas, sin embargo, forman un ambiente ideal, ya que hay tejidos muertos (necróticos) presentes, no hay aire y la oxigenación de los tejidos está reducida como consecuencia de la circulación alterada. Los clostridios forman esporas y son tan ubicuos en la naturaleza que cualquier herida profunda en la que se introduzca un trapo o un poco de tierra tiene una elevada probabilidad de quedar contaminada con alguna especie de Clostridium. Muchos de estos organismos producen potentes exotoxinas que matan a los tejidos circundantes del hospedador. Una especie, Clostridium tetani, produce una toxina que afecta a los nervios y causa espasmos musculares. Si no se trata la infección, es casi invariablemente fatal. Esta enfermedad se llama tétanos. Otros clostridios causan graves daños locales (gangrena) en el lugar de la infección. Aunque los clostridios son los más peligrosos patógenos de las heridas, en ellas pueden establecerse muchas otras bacterias. Entre los contaminantes corrientes de las heridas figuran estafilococos, estreptococos, enterobacterias y pseudomonas.
La leptospirosis, que comienza como una infección de una herida, es una enfermedad que afecta a los trabajadores que, debido a su oficio, están en contacto frecuente con aguas contaminadas. Las leptospiras son parásitos de cerdos, perros y roedores y son excretadas por la orina de los animales infectados, Pueden infectar al hombre solamente a través de pequeñas heridas o grietas de la piel y esta enfermedad es muy frecuente entre las personas que trabajan en lugares húmedos, tales como alcantarillas, mercados de pescado, campos húmedos o canales.


Enfermedades producidas por clamidias

Las clamidias, como las riquetsias, son parásitos estrictos intracelulares de aves y mamíferos. En sus hospedadores naturales tienden a producir infecciones latentes prolongadas; la enfermedad declarada es más característica de la infección adquirida por una especie hospedadora diferente. Cuatro enfermedades humanas están causadas por clamidias: la psitacosis (ornitosis), el linfogranuloma venéreo y dos enfermedades de los ojos, el tracoma y una conjuntivitis clamidial. Las dos últimas están causadas por organismos estrechamente relacionados, clasificados comoChlamydia trachomatis. No obstante, el agente de la conjuntivitis clamidial habita normalmente en el tracto genitourinario humano, a partir del cual se extiende ocasionalmente a los ojos ; el agente del tracoma habita normalmente en los tejidos del ojo y tejidos circundantes.





HISTORIA DE LA FISIOTERAPIA

¿Qué es la Fisioterapia?


La Fisioterapia se basa en procedimientos físicos científicos utilizados en el tratamiento de pacientes con una incapacidad, enfermedad, o lesión, con el fin de alcanzar y mantener la rehabilitación funcional y de evitar una disfunción o deformidad. Los tratamientos están diseñados para reducir al máximo la incapacidad física residual, para acelerar la convalecencia, y para contribuir a la comodidad y bienestar del paciente. La fisioterapia se prescribe en pacientes con trastornos ortopédicos, neurológicos, vasculares y respiratorios, que pueden ser congénitos, incapacidades adquiridas por enfermedades o traumatismos, o disfunciones hereditarias. Los fisioterapeutas trabajan en hospitales, centros de rehabilitación, clínicas, y centros para niños discapacitados; y en centros locales, estatales y privados. Además de la atención directa al paciente, los fisioterapeutas participan en otras áreas como consultas, supervisión, enseñanza, administración e investigación.


Tipos de tratamiento fisioterapéutico
Entre las pruebas diagnósticas utilizadas por los fisioterapeutas están las musculares manuales, las eléctricas, las perceptivas y sensoriales, y la medición del arco de movilidad de las articulaciones. Las pruebas de actividad funcional son importantes para determinar la capacidad de los pacientes para realizar las actividades que requiere el cuidado propio. En el tratamiento de un paciente, el fisioterapeuta debe utilizar uno o más de los siguientes procedimientos: tratamientos con calor que consisten en el empleo de agua a diferentes temperaturas, parafina líquida, lámparas de rayos infrarrojos o ultravioletas, ultrasonidos que producen calor en el interior del organismo, y diatermia (aplicación de corriente eléctrica para generar calor en los tejidos). Una de las tareas más importantes del fisioterapeuta es la realización de diversos ejercicios terapéuticos cuyo propósito es incrementar la fuerza y la resistencia, mejorar la coordinación y la movilidad necesaria para la vida cotidiana, y aumentar y mantener el arco de movilidad. La deambulación se realiza con la ayuda de bastones, muletas, andadores, órtesis, y miembros artificiales. Los fisioterapeutas también utilizan masajes, vendajes, vendajes funcionales, y colocación y retirada de férulas y escayolas. Además, enseñan a los pacientes y sus familiares las técnicas de los ejercicios y el empleo de prótesis, como miembros artificiales y órtesis.


Historia de la Fisioterapia
La mayoría de los agentes físicos empleados en la fisioterapia moderna ya se emplearon en la antigüedad. Los primeros escritos de Grecia y Roma se refieren a los efectos beneficiosos del sol y del agua, y tanto el ejercicio como los masajes fueron utilizados por los antiguos chinos, persas, egipcios y griegos.
En nuestra época el campo de la fisioterapia surge en Inglaterra a finales del siglo XIX. Poco después los cirujanos ortopédicos estadounidenses empezaron a formar mujeres jóvenes licenciadas en educación física para cuidar de los pacientes en las consultas médicas y en los hospitales. En 1916, cuando una grave epidemia de poliomielitis azotó Nueva York y Nueva Inglaterra, estas mujeres trataron miles de pacientes.
Después de la II Guerra Mundial, la fisioterapia se utilizó mucho en el cuidado de los pacientes. Entre las razones del gran aumento de la demanda de los servicios de fisioterapia estaban los excelentes resultados obtenidos en el tratamiento de los heridos de guerra durante la II Guerra Mundial y las guerras de Vietnam y Corea, los accidentes laborales, el aumento de las discapacidades crónicas consecuencia del número creciente de ancianos en la población, y el rápido desarrollo de los programas hospitalarios y de asistencia médica.

HISTORIA DE LA ENFERMERIA

Origen y evolución de la Enfermería
En siglos pasados los cuidados de enfermería eran ofrecidos por voluntarios con escasa formación, por lo general, mujeres de distintas órdenes religiosas. Durante las Cruzadas, por ejemplo, algunas órdenes militares de caballeros también ofrecían enfermerías, y la más famosa era la de los Caballeros Hospitalarios (también conocida por los Caballeros de san Juan de Jerusalén). En países budistas los miembros de la orden religiosa Shanga han sido tradicionalmente los encargados de los cuidados sanitarios. En Europa, y sobre todo tras la Reforma, la enfermería fue considerada con frecuencia como una ocupación de bajo estatus adecuada sólo para quienes no pudieran encontrar un trabajo mejor, debido a su relación con la enfermedad y la muerte, y la escasa calidad de los cuidados médicos de la época.


La enfermería moderna comenzó a mediados del siglo XIX. Uno de los primeros programas oficiales de formación para las enfermeras comenzó en 1836 en, Alemania, a cargo del pastor protestante Theodor Fliedner. Por aquel tiempo otras órdenes religiosas fueron ofreciendo también formación de enfermería de manera reglada en Europa, pero la escuela de Fliedner es digna de mención por haberse formado en ella la reformadora de la enfermería británica Florence Nightingale. Su experiencia le brindó el ímpetu para organizar la enfermería en los campos de batalla de la guerra de Crimea y, más tarde, establecer el programa de formación de enfermería en el hospital Saint Thomas de Londres. La llegada de las escuelas de enfermería de Nightingale y los heroicos esfuerzos y reputación de esta mujer transformaron la concepción de la enfermería en Europa y establecieron las bases de su carácter moderno como profesión formalmente reconocida.
Con la explosión del conocimiento técnico en el campo de la salud después de la II Guerra Mundial, el personal de enfermería ha comenzado también a especializarse en áreas particulares de asistencia sanitaria. Éstas incluyen áreas quirúrgicas, dentales, maternidad, psiquiatría y salud comunitaria. Dentro de cada una de estas especialidades se puede optar por una nueva especialización.


La Enfermería hoy
La enfermería se ocupa de los cuidados del enfermo y otros trabajos relacionado con la prevención y la salud pública. Esto abarca las funciones y los deberes a cargo de quienes han recibido formación y preparación en el arte y ciencia de la enfermería, por lo general en la ayuda a los médicos y otros profesionales sanitarios. En la mayoría de los países se considera la enfermería como profesión cualificada para la que se precisa un programa de formación previo al reconocimiento académico.
La formación, en la mayoría de países, dura tres años y comprende formación general en medicina y experiencia práctica trabajando con pacientes bajo la supervisión de enfermeras y enfermeros veteranos. El nivel de la educación sanitaria requerida para una enfermera varía según los países. Al final de la formación, y antes de recibir la diplomatura o título, el estudiante de enfermería tiene exámenes ante los organismos sanitarios o consejos de enfermería, dependiendo de cada país. Una vez obtenida la diplomatura o título se es libre de ejercer la profesión en cualquier país que reconozca las titulaciones, aunque muchos sólo reconocen las propias.
Muchas de las variadas obligaciones del personal de enfermería son de naturaleza técnica, desde la toma de la tensión arterial hasta el manejo de sistemas de soporte vital en unidades de cuidados intensivos. Además, el personal de enfermería debe ser maestro, consejero y administrador, preocupado por la promoción y mantenimiento de la salud de los pacientes, así como por proporcionar los cuidados necesarios cuando éstos se encuentran enfermos.


El personal de enfermería tiene funciones dependientes e independientes. Las primeras son aquellas que deben ser llevadas a cabo bajo las órdenes de un médico, e incluyen actividades como las de administrar medicación, vendar y curar heridas. Las funciones independientes son aquellas que el personal de enfermería lleva a cabo bajo su propio juicio profesional. Entre estas obligaciones se incluyen el lavado de los enfermos, las posturas de los pacientes para prevenir contracturas articulares, la educación a los pacientes para que aprendan a curarse ellos mismo y la asesoría nutricional.

HISTORIA DE LOS HOSPITALES

 Un hospital es una compleja institución con una plantilla médica y de enfermería organizada, y con instalaciones permanentes, que ofrece gran variedad de servicios médicos, incluyendo cirugía, para quienes requieran un tratamiento u observación más intensivos. También incluye instalaciones para atender las urgencias, a los recién nacidos y lactantes, así como diversas consultas ambulatorias y el llamado "hospital de día", donde se realizan curas y atenciones sin hospitalización permanente del paciente.
Origen
Ciertos historiadores afirman que ya en el año 4000 a.C. los templos de los antiguos dioses fueron utilizados como casa de refugio para los enfermos e inválidos, y como escuelas de aprendizaje para los médicos. Más tarde, los templos de Esculapio (Asclepio), el dios griego de la medicina, fueron utilizados con el mismo propósito. Los documentos históricos también demuestran que ya en la India en el siglo III a.C. bajo el dominio budista existían hospitales. Su número creció en los primeros siglos de la era cristiana. En el siglo IV d.C. se fundaron hospitales en Cesárea y en Roma.
El florecimiento de las órdenes monacales dio lugar también a la creación de hospitales, que junto con los hospicios y escuelas, funcionaron como parte integral de los monasterios. Bajo la dirección de la iglesia Católica Romana se fundaron hospitales en otros lugares, como el Hôtel Dieu en París, que se inició bajo la dirección de St Landry, obispo de París desde el año 650 hasta alrededor del 656. Durante las cruzadas, la misión principal de las órdenes religiosas era cuidar de los enfermos y estas órdenes construyeron un gran número de hospitales, especialmente en la zona del Mediterráneo. La más famosa fue la orden de los Caballeros de San Juan de Jerusalén. Durante toda la edad media, el renacimiento, e incluso después, los hospitales fueron dirigidos casi en su totalidad por comunidades religiosas.
Durante el siglo XVIII, se crearon los primeros hospitales municipales dirigidos por autoridades civiles, en especial en Inglaterra. En muchas partes ciertos pequeños hospitales privados fueron regentados por religiosos y por médicos particulares, pero hasta muy tarde no se fundó el primer hospital público.
A partir de la mitad del siglo XIX, el número de hospitales creció mucho, debido sobre todo al descubrimiento de la anestesia y de las técnicas quirúrgicas asépticas. Durante el siglo XX la demanda de hospitales ha aumentado a la par que el progreso.
Los primeros hospitales agrupaban a todos los pacientes en una única sala, con independencia de su enfermedad. Excepciones notables eran los asilos mentales, los centros de cuarentena y los sanatorios para tuberculosos que se establecieron a finales del siglo XIX. Aunque los avances en los tratamientos han hecho que la mayoría de estas instituciones especiales sean innecesarias, han aparecido otras dedicadas a tratar ciertos tipos de pacientes o enfermedades. Gracias a las ventajas que aportan las técnicas y los equipos especializados, hay hospitales independientes para las mujeres y los niños y para el tratamiento de enfermedades oculares y trastornos como el cáncer. Este tipo de hospitales suelen estar asociados a instituciones dedicadas a la investigación y la enseñanza. Los hospitales generales modernos pueden consistir en un centro médico urbano con un millar o más camas, del que dependen varios hospitales especializados; o puede ser un hospital con 10 a 20 camas al servicio de una comunidad de unas pocas miles de personas, con medicina general, cirugía y maternidad.
 Durante el siglo XX el cuidado de pacientes crónicos e inválidos incurables ha sido llevado a cabo en su mayor parte en hogares de acogida. Los hospitales se centran en la atención de pacientes con enfermedades y lesiones agudas y en servicios ambulatorios. Un hospital general moderno, incluso de tamaño mediano, es una institución compleja. Además de las funciones propiamente médicas, el hospital debe proporcionar también a sus pacientes y personal alojamiento, alimento y otros servicios. Una zona importante del edificio del hospital se debe reservar a la sala de calderas, lavandería, cocina, cafeterías, ropa y almacén. Los servicios médicos requieren espacio para laboratorios, rayos X y otros equipos de diagnóstico, farmacia, sala de urgencias, quirófanos, salas de partos, laboratorio de anatomía patológica, controles de enfermería, depósito de cadáveresy salas para diversos tipos de tratamientos como fisioterapia y terapia ocupacional. El alojamiento de los pacientes consiste en salas, habitaciones semiprivadas (dos a seis camas) y habitaciones privadas, salas de aislamiento, salas de recién nacidos y salas especiales para prematuros, salas para enfermos y salas de espera. La administración del hospital debe contar con oficinas y archivos. Muchos hospitales grandes incluyenescuela de enfermería que requiere la asignación de aulas y laboratorios para los estudiantes.
El hospital moderno
Administración de los hospitales
Por lo general, la plantilla de médicos de un hospital suele autogobernarse y está representada por el cuadro dirigente que supervisa los servicios médicos que se ofrecen a los pacientes. El personal médico, a través de su comité ejecutivo, una junta técnica asistencial o un patronato, realiza recomendaciones sobre la calidad de la atención médica en el hospital. Los médicos que desempeñan su labor en un hospital público pueden trabajar también en la medicina privada afiliados a sociedades, o tener un contrato de dedicación exclusiva con el hospital. El director médico tiene responsabilidades administrativas para con el personal médico y es el encargado de la selección y formación de los médicos internos y residentes durante su posgrado. Con frecuencia, cada equipo de especialistas o departamento, como el de cirugía, obstetricia, o neurología, tiene su propio jefe de servicio. El personal de enfermería, el más numeroso del hospital, está regido por un director que asigna las distintas funciones a las enfermeras/os y que puede dirigir también la escuela de enfermería.
En los países con un sistema nacional de salud como el que existe en todo el mundo occidental, los hospitales pertenecen y están dirigidos por el gobierno, y los profesionales de la sanidad que trabajan en ellos son funcionarios.
Servicios hospitalarios
Con la expansión de la cobertura sanitaria universal en los países con sistemas de sanidad pública, la demanda de los servicios hospitalarios ha alcanzado cotas sin precedente. El crecimiento más importante ha sido la demanda de servicios ambulatorios.
La necesidad creciente de servicios ambulatorios ha estimulado la creación de programas de salud y de nuevos centros dependientes del hospital, como los centros de salud y las clínicas satélites para el tratamiento de las toxicomanías y el alcoholismo. Dentro de los hospitales, los esfuerzos se han dirigido a impulsar la asistencia ambulatoria, los servicios sociales, o la creación de programas de educación para pacientes y para la comunidad, así como sobre la atención psiquiátrica ambulatoria.
Hospicios
Los hospitales han estado ofreciendo recientemente medios para la asistencia terminal con el fin de ayudar a los pacientes y a sus familias a enfrentarse con la muerte. Siguiendo las ideas del médico inglés Cicely Saunders, el director del hospicio de St Christopher de Londres, se intenta ayudar a los pacientes a morir con dignidad. Los pacientes toman decisiones respecto al alivio del dolor, pueden tener pertenencias (incluyendo animales), están permitidas las visitas a cualquier hora, y tienen la posibilidad de elegir morir en su casa. Algunos hospicios también ofrecen equipos de terapeutas que proporcionan apoyo a los miembros de la familia.
Elevación de los costes hospitalarios
Son dos los factores principales que han ocasionado el exagerado aumento actual de los costes hospitalarios. Uno de ellos es el coste de los nuevos equipos necesarios para el trasplante de órganos, la diálisis renal, la radioterapia contra el cáncer y otros muchos tratamientos que cambian con rapidez. Además, hay que añadir a los gastos, losmodernos y caros equipos de diagnóstico y la elevada demanda de pruebas que los médicos precisan para establecer un diagnóstico completo.
Sin embargo, los gastos más importantes son los imputables al gran número de personal que necesita un hospital para funcionar, que supone un 70% de los costes. El exagerado crecimiento de los gastos ha conducido a que diversos países con un sistema sanitario público, en especial Inglaterra, busquen fórmulas para aumentar la competitividad y eficacia de sus centros de salud. Esto incluye medidas que pretenden que los hospitales cuenten con financiación independiente (sociedades), así como medidas que traten de conseguir eficacia administrativa a través de la contratación de directivos. Se espera que la competencia suscitada entre las sociedades para ofrecer servicios sanitarios reduzca los costes de éstos.

miércoles, 12 de marzo de 2014

HISTORIA DE LA FARMACIA

La industria farmacéutica surgió a partir de una serie de actividades diversas relacionadas con la obtención de sustancias utilizadas en medicina. A principios del siglo XIX, los boticarios, químicos o los propietarios de herbolarios obtenían partes secas de diversas plantas, recogidas localmente o en otros continentes. Estas últimas se compraban a los especieros, que fundamentalmente importaban especias pero como negocio secundario también comerciaban con productos utilizados con fines medicinales, entre ellos el botica.jpg (16045 bytes)opio de Persia o la ipecacuana y la corteza de quina de Suramérica. Los productos químicos sencillos y los minerales se adquirían a comerciantes de gomas, aceites y encurtidos.
Los boticarios y químicos fabricaban diversos preparados con estas sustancias, como extractos, tinturas, mezclas, lociones, pomadas o píldoras. Algunos profesionales confeccionaban mayor cantidad de preparados de la que necesitaban para su propio uso y los vendían a granel a sus colegas.
Algunas medicinas, como las preparadas a partir de la quina, de la belladona, de la digital, del cornezuelo del centeno (Claviceps purpurea) o del opio (látex seco de la adormidera Papaver Fruto de la adormidera (Papaver somniferum)somniferum, foto de la izquierda), eran realmente útiles, pero su actividad presentaba variaciones considerables. En 1820, el químico francés Joseph Pelleterier preparó el alcaloide activo de la corteza de quina y lo llamóquinina. Después de ese logro aisló varios alcaloides más, entre ellos la atropina (obtenida de la belladona) o la estricnina(obtenida de la nuez vómica). Su trabajo y el de otros investigadores hizo posible normalizar varias medicinas y extraer de forma comercial sus principios activos. Una de las primeras empresas que extrajo alcaloides puros en cantidades comerciales fue la farmacia de T.H. Smith Ltd. en Edimburgo, Escocia. Pronto los detalles de las pruebas químicas fueron difundidos en las farmacopeas, lo que obligó a los fabricantes a establecer sus propios laboratorios.




Las primeras medicinas sintéticas
Los productos químicos extraídos de plantas o animales se conocían como orgánicos, en contraposición a los compuestos inorgánicos derivados de otras fuentes; se creía que los primeros sólo podían ser producidos por los organismos vivos, de ahí su nombre. En 1836, sin embargo, el químico alemán Friedrich Wöhler logró producir urea, que anteriormente sólo se había conseguido aislar a partir de la orina.
Esa síntesis revolucionaria hizo que se intentaran sintetizar otros compuestos orgánicos. Para la futura industria farmacéutica tuvo gran importancia el descubrimiento accidental, en 1856, del primer colorante sintético, la mauveína. Este descubrimiento del joven estudiante británico de química Perkin incitó a diversos fabricantes de Alemania y Suiza a desarrollar nuevos colores sintéticos, con lo que se ampliaron los conocimientos sobre la nueva química.
Los colorantes o tintes sintéticos tuvieron un impacto enorme en los avances médicos. Aumentaron considerablemente la gama de productos biológicos de tinción, con lo que aceleraron el progreso de la bacteriología y la histología. La búsqueda de nuevos colores estimuló el estudio de la química orgánica, lo que a su vez fomentó la investigación de nuevas medicinas. El primer fármaco sintético fue la acetofenidina, comercializada en 1885 como analgésico por la empresa Bayer de Leverkusen (Alemania) bajo la marca Phenacetin. El paracetamol utilizado hoy como analgésico se derivó posteriormente de aquel compuesto.
El segundo fármaco sintético importante, comercializado en 1897, fue el ácido acetilsalicílico, creado por el doctor Felix Hoffmann en los laboratorios de investigación de Bayer. Este fármaco se vendió en todo el mundo con el nombre comercial de aspirina, propiedad de Bayer, y supuso un tratamiento nuevo y eficaz para los dolores reumáticos. A partir de estos primeros comienzos, Bayer creció hasta convertirse en la gigantesca empresa IG Farbenindustrie.


La píldora anticonceptiva
El éxito de los nuevos fármacos se ha visto subrayado por el notable aumento en la esperanza de vida en muchas partes del mundo. Pero la industria farmacéutica también respondió a la necesidad de formas más fiables de control de la natalidad. Al descubrimiento y aislamiento de las hormonas sexuales, tras los trabajos que Adolf Butenandt realizó en Berlín en la primera mitad del siglo XX, le siguió su producción comercial en Alemania y en los Países Bajos. Esto hizo posible el desarrollo después de la II Guerra Mundial de píldoras anticonceptivas eficaces. Estos mismos trabajos permitieron el desarrollo posterior de la terapia de sustitución hormonal (TSH) posmenopáusica.
Las nuevas técnicas, la fabricación de moléculas más complicadas y el uso de aparatos cada vez más caros han incrementado enormemente los costes. Estas dificultades se ven incrementadas por la presión para reducir los precios del sector, ante la preocupación de los gobiernos por el envejecimiento de la población y el consiguiente aumento de los gastos sanitarios, que suponen una proporción cada vez mayor de los presupuestos de los estados.

Sulfamidas y antibióticos
En 1928 Alexander Fleming descubrió la penicilina y sugirió que podría usarse para tratar determinadas infecciones bacterianas. Sin embargo, este uso no se consideró seriamente hasta 1940, cuando Howard Florey y Ernst Chain (un científico huido de la Alemania nazi) consiguieron producir y presentar la penicilina en una forma utilizable. Una serie de empresas del Reino Unido reconocieron su utilidad para el tratamiento de heridas de guerra y comenzaron a fabricarla a partir de cultivos de Penicillium desarrollados en baterías de botellas de vidrio. Las cantidades producidas eran insuficientes, por lo que Florey se desplazó a Estados Unidos para convencer a las compañías farmacéuticas de que fabricaran penicilina. La empresa química estadounidense Pfizer, de Brooklyn, fabricaba ácido cítrico mediante la fermentación de melazas. Después de muchas investigaciones adaptó dicho proceso para producir penicilina. Después de la guerra, los tres científicos recibieron el Premio Nobel por sus trabajos, y la penicilina pasó a estar disponible en todo el mundo.
Pronto se descubrieron otras sustancias activas contra infecciones muy diversas, que se denominaron colectivamente antibióticos. Uno de los más conocidos fue la estreptomicina, descubierta por Selman A. Waksman y desarrollada en los laboratorios de la empresa farmacéutica estadounidense Merck & Co., de Nueva Jersey. Junto con los productos antibacterianos isoniacida yácido p-aminosalicílico, la estreptomicina curaba la tuberculosis, causada por el bacilo de Koch. El mencionado tratamiento y el uso de la vacuna BCG —cuyo nombre eran las iniciales de los científicos franceses que la inventaron durante la guerra, los bacteriólogos Albert Calmette y Camille Guérin— ha eliminado prácticamente la tuberculosis en Occidente.
En 1936 el patólogo alemán Gerhard Domagk, de los laboratorios Bayer, comprobó que la sulfonamidocrisoidina, un tinte comercializado bajo la marca Prontosil, era eficaz contra la infección por estreptococos. Estos microorganismos eran los causantes de la sepsis puerperal, una enfermedad que a veces seguía al parto y provocaba frecuentemente la muerte de la madre. Se demostró que la parte activa de la molécula del Prontosil era el radical sulfonamida, lo que estimuló a los investigadores farmacéuticos a sintetizar una serie de fármacos nuevos conocidos como sulfonamidas o sulfamidas.
La acción eficaz de la isoniacida se descubrió simultáneamente en los laboratorios de Squibb, en Estados Unidos y de Hoffmann-La Roche, en Suiza. Desgraciadamente para ambas empresas, la sustancia ya se había sintetizado en 1911 como 'curiosidad química', por lo que no pudieron obtener ninguna patente para cubrir el coste de la investigación y desarrollo del producto.
A partir de 1970 se establecieron en muchos países organismos gubernamentales para controlar la calidad, los ensayos clínicos y el empaquetado, etiquetado y distribución de los fármacos. Concedenautorizaciones tanto para los fármacos como para sus fabricantes y sus inspectores tienen derecho a visitar en cualquier momento las instalaciones donde se fabrican y almacenan productos farmacéuticos. Otros organismos son responsables de controlar la fabricación y distribución de medicinas y productos de crecimiento para animales. La distribución de los numerosísimos fármacos disponibles a las miles de farmacias y clínicas existentes sería casi imposible sin los servicios de distribuidores mayoristas estratégicamente situados que realizan suministros diarios. Las farmacias locales, el último eslabón en la cadena del suministro de fármacos a los ciudadanos, son inspeccionadas por agentes responsables de los diferentes ministerios o departamentos de Sanidad.


Diabetes y anemia perniciosa
En 1922, en Canadá, Banting y Best inyectaron un extracto pancreático a un muchacho cuya diabetes se consideraba terminal, y sus síntomas remitieron. Inmediatamente surgió una gran demanda mundial de la sustancia salvadora, una hormona denominada insulina. Este avance revolucionario supuso el Premio Nobel para ambos científicos.
Las autoridades de la Universidad de Toronto se dieron cuenta de que necesitaban plantearse los problemas de la fabricación y distribución de insulina con un enfoque comercial, para lo que recurrieron a una empresa farmacéutica estadounidense. A mediados de 1923, se comercializaba ya suficiente insulina para tratar a miles de diabéticos en Norteamérica. Las empresas farmacéuticas europeas que fabricaban insulina bajo licencia de la Universidad de Toronto obtuvieron también un notable éxito.
Después de estos excelentes resultados, la misma empresa estadounidense produjo en 1928 un extracto de hígado de gusto aceptable; anteriormente, los afectados por la anemia perniciosa tenían que comer regularmente hígado crudo para sobrevivir, un régimen al que sustituyó el nuevo fármaco. El tratamiento de la anemia perniciosa volvió a transformarse en 1948, cuando un equipo de investigación dirigido por el doctor Lester Smith aisló la vitamina B12, también conocida como cianocobalamina, a partir de hígado. La compañía descubrió la forma de fabricar esta vitamina en grandes cantidades mediante la fermentación de la pita o agave.

La industria farmacéutica hoy
La Industria Farmacéutica de nuestros días es un sector fundamental dedicado a la fabricación y preparación de productos químicos medicinales para la prevención o tratamiento de las enfermedades.
La mayor parte de las empresas farmacéuticas tienen carácter internacional y poseen filiales en muchos países. El sector, tecnológicamente muy avanzado, da empleo a muchos licenciados universitarios, como biólogos, bioquímicos, químicos, ingenieros, microbiólogos, farmacéuticos, médicos, físicos y veterinarios, así como diplomados en enfermería. Estos profesionales trabajan en investigación y desarrollo (I+D), producción, control de calidad, mercadotecnia, representación médica, relaciones públicas o administración general.Dos mayores empresas farmacéuticas del mundo son la británica Glaxo y la estadounidense Merck & Co. Cada una da empleo a unas 50.000 personas en todo el mundo, de las que unos 7.000 son licenciados universitarios. Destaca también la alemana Bayer. 


Investigación y ensayos clínicos
La innovación prosigue su veloz curso a medida que la investigación básica en universidades, hospitales y laboratorios, financiada tanto por contribuciones de la industria como por otras fuentes, realiza nuevos descubrimientos sobre los tejidos y órganos de los seres vivos. En la actualidad la investigación de los laboratorios de las compañías farmacéuticas centra su interés en el hallazgo de tratamientos mejorados para el cáncer, las enfermedades del sistema nervioso central, lasenfermedades virales como el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), la artritis y las enfermedades del aparato circulatorio.
El descubrimiento de la estructura del ADN a principios de la década de 1950 hizo posible el desarrollo de nuevas técnicas que han llevado a la producción de prostaglandinas, interferón, nuevas vacunas, el factor de coagulación sanguínea y muchos otros compuestos bioquímicos complejos que antes eran difíciles o imposibles de fabricar. Los directivos de las compañías farmacéuticas comprenden plenamente la importancia de la ingeniería genética para el desarrollo de nuevos fármacos en la actualidad y en el futuro.
El uso de animales vivos en la investigación médica es fuente de polémica. Aunque los farmacólogos han desarrollado y siguen desarrollando técnicas para evitar su uso, los animales vivos (fundamentalmente ratas y ratones) siguen siendo cruciales para muchos procedimientos. Los organismos de control médico insisten en que se deben utilizar dos especies distintas para comprobar la posible toxicidad de una nueva sustancia antes de conceder el permiso para comenzar ensayos clínicos.
La primera fase de estos ensayos implica la cooperación voluntaria de personas sanas que reciben un breve tratamiento del nuevo fármaco. Si no aparecen problemas, el organismo oficial que otorgó la autorización permite el inicio de la segunda fase de los ensayos, en la que unos pocos asesores especializados prueban el producto con un grupo seleccionado de pacientes. Basándose en sus recomendaciones, la compañía puede solicitar permiso para llevar a cabo la tercera fase de los ensayos, de carácter más amplio. Si esta última fase produce resultados satisfactorios, se solicita la autorización del fármaco. En algunos casos es necesario repetir un procedimiento similar en aquellos países donde se quiera comercializar.
Generalmente los ensayos se llevan a cabo en hospitales, donde es posible organizar ensayos denominados 'de doble ciego'. Los pacientes se dividen en dos o tres grupos; uno de ellos recibe el fármaco que se quiere probar; otro recibe un placebo (una sustancia inactiva) y a veces un tercer grupo recibe otro producto con el que se quiere comparar el nuevo fármaco. Los tres compuestos se presentan de forma que ni el paciente ni el médico puedan diferenciarlos. Sólo el farmacéutico del hospital sabe qué grupo recibe cada compuesto y no divulga los resultados hasta el final del ensayo, cuando los médicos hayan evaluado los resultados clínicos. En el caso de medicinas para animales, se realizan ensayos similares que son llevados a cabo por veterinarios.
En la actualidad la mayoría de los gobiernos occidentales considera que un requisito para la producción y distribución de fármacos seguros y eficaces es que la industria farmacéutica continúe en manos de la empresa privada. Otro requisito es el establecimiento de organismos oficiales de vigilancia compuestos por expertos y con poderes para conceder o negar la autorización a las compañías farmacéuticas para comercializar sus productos, según criterios de calidad de los mismos y seguridad para los pacientes. Estos organismos de control son los responsables de impedir abusos o irresponsabilidades por parte de los fabricantes, con lo que reducen la posibilidad de que aparezcan peligros para la salud y se produzcan desastres.














LA MEDICINA EN LA HISTORIA

Paleopatología y Paleomedicina

Momia de un europeo, milagrosamente conservada con casi todos sus órganos gracias al hielo de los Alpes. Se ha estimado que este hombre vivió hace más de 5000 años. Fotografía del libro "El hombre de los hielos", de Konrad Spindler. Una lectura más que interesante...Por patología se entiende principalmente el estudio de los rastros de enfermedad dejados en fósiles y momias. Incluye también el estudio de los signos relacionados con la enfermedad en objetos arqueológicos. Por paleomedicina se entienden las huellas de una acción médica dejadas en fósiles, momias y objetos arqueológicos.
Aunque los conocimientos aportados por la paleopatología son muy fragmentarios, permiten, hasta el momento, deducir dos cosas importantes: por lado, la enfermedad en los seres vivos existe en la Tierra desde antes de la aparición del hombre, y ,probablemente, desde la aparición de la vida en la tierra. Por otro lado, que la formas principales de enfermedad han sido en lo esencial las mismas a lo largo de millones de años. Pero entiéndase bien, esta última conclusión se refiere a las formas de enfermedad, no a cada enfermedad en particular. En otras palabras, parece probable que no siempre han existido las mismas enfermedades. Un argumento es el siguiente. Se han encontrado bacterias fosilizadas en formaciones geológicas de 3.500 millones de años atrás; por otra parte, se cree que los virus son de aparición posterior a la de las bacterias. Por lo tanto hubo un período en que no podía haber enfermedades virales, pero sí bacterianas. Por último, parece poco probable que todos los virus patógenos hayan aparecido simultáneamente.
Las lesiones mejor representadas en paleopatología naturalmente son las óseas. Ya el Pithecanthropus muestra una gran exostosis en uno de los fémures. En elHomo sapiens neanderthalensis se han descubierto signos de artritis y otras afecciones osteomusculares. En el hombre del paleolítico se han encontrado lesiones de artritis, tumores y malformaciones, entre éstas, espina bífida y luxación congénita de la cadera. Pero los documentos más ricos proceden de las momias egipcias desde hace 4.000 años. Hay estudios de no menos de 36.000 momias. Además de las lesiones nombradas están bien documentados la tuberculosis ósea, el mal de Pott, mastoiditis, la enfermedad de Paget de los huesos, etc. En los tejidos blandos y vísceras se han podido identificar arterioesclerosis, neumonía, pleuritis, cálculos renales y biliares y apendicitis, lesiones cutáneas similares a las de la viruela y bilharziasis.
Un problema interesante que se plantea en paleopatología es el concerniente a la sífilis. Algunas lesiones óseas de hombres primitivos europeos recuerdan a las típicas de la enfermedad, pero otros signos claros en huesos no se han encontrado ni en el hombre prehistórico europeo ni en las momias egipcias. Sigue considerándose, por lo tanto, como lo más probable el que la enfermedad llegó a Europa portada por marinos de Colón, pues de haber habido lugar en Egipto ciertamente se habría extendido a Europa.
Cráneo de hombre primitivo mostrando dos orificios por trepanación. Pulsa aquí para saber más.Acerca de la paleomedicina los testimonios son aún más escasos y dudosos. Queda uno que parece significativo: la trepanación. En todo el neolítico europeo se encuentran cráneos trepanados. Descartada la hipótesis de que se tratara de lesiones traumáticas, de anomalías o de artefactos, ha persistido la duda sobre el significado de esta lesión, a saber, de si se trata de un procedimiento terapéutico o, como pensaba Broca, de una operación por creencias en lo sobrenatural o en la magia para dar salida a los malos espíritus. La esperanza de encontrar una respuesta observando tribus actuales que practican el procedimiento, no ha quedado defraudada: el procedimiento lo practican por una u otra razón. El hecho de que la roja ósea sirva de amuleto apoya la hipótesis de Broca.


Medicina primitiva
El estudio de tribus actuales que se hallan culturalmente en la Edad de Piedra da una idea de lo que fue la primera medicina, aquella de los tiempos prehistóricos. Por supuesto que estos pueblos, aun hallándose en condiciones prehistóricas, han cambiado con respecto a los propiamente prehistóricos, y ya por eso los investigadores deben ser cautelosos en sus conclusiones.
Lo que parece esencial en estos pueblos en cuanto a la medicina, es la idea de la enfermedad como fenómeno sobrenatural por acción de demonios o por encantamiento debido a una falta cometida por el enfermo. La enfermedad tiene, por lo tanto, un valor moral. Pero a esto hay que agregar que en esta medicina primitiva el diagnóstico y tratamiento eran, en mayor o menor grado, consecuentes a esa idea de enfermedad como fenómeno sobrenatural. El diagnóstico y el tratamiento también se hacían con elementos mágico-religiosos. De ahí la observación de cristales, el lanzar huesos al aire y los estados de trance del curandero para hacer el diagnóstico y de ahí también las ceremonias, plegarias, fórmulas mágicas, el golpear al paciente y tocarlo con ciertos objetos como medios terapéuticos. Pero no siempre los medios usados por estos pueblos son tan ineficaces como nos parecen éstos. Al respecto, un pasaje de Les secrets de la Mer Rouge de Monfroid citado por Löbel. Se trata de una hombre que había recibido una herida profunda de lanza en la región del estómago. Dice así:
Dos hombres levantan al herido y, teniéndolo extendido, lo llevan al patio. Le atan los brazos y piernas. El curandero mete la mano en un líquido para probar su temperatura: es manteca en estado de fusión, a la que mantienen tan caliente que luego le desuella la mano; una mujer quema hierbas bajo las parihuelas del paciente para alejar los espíritus (y acaso los microbios) que pueden penetrar en el cuerpo del herido. Nosotros le llamaríamos la antisepsia.  El curandero descubre la herida, a tiempo que pronuncia las primeras palabras del conjuro. El paciente cierra los ojos, podríamos decir: se recoge en sí a fin de exponer su cuerpo, al que hace insensible. Con un simple movimiento el operador saca su brillante djembia, daga grande y plana, ancha como la mano, de unos 30 centímetros de largo, ligeramente curva. La sumerge, tal como lo ha hecho con su mano, en la manteca en fusión. Luego desinfecta a su vez la herida virtiendo manteca hirviendo sobre ella. El paciente exhala un estertor espasmódico, medio ahogado, y luego se pone rígido. Entonces el curandero, con habilidad maravillosa, abre con su gran cuchillo el vientre en una longitud de 15 centímetros; la sangre chorrea, vierte manteca hirviente sobre la herida para contener la hemorragia. Sujetando su djembia entre los dientes, introduce profundamente su mano que chorrea manteca en el hueco ventral. Coge un tejido blancuzco y lo trae hasta el nivel de la incisión. Un ayudante lo sujeta con los dedos. Es el estómago cortado por la punta de lanza. El ayudante mantiene unidos los labios de la herida. Con toda calma, el operador hace una señal a otro ayudante, el cual, de una botella de largo cuello, saca termitas por medio de una pajuela hueca. Son hormigas grandes de la especie guerrera, gruesas como un grano de trigo, con mandíbulas que se abren amenazadoras como tenazas, ante cualquier resistencia que se les presente. Delicadamente, con las puntas de los dedos, el curandero toma las termitas que el ayudante le pasa una a una. En sus dedos empapados de sangre veo la mandíbula inferior del insecto, curvada, abierta, presta a morder. A estas pinzas naturales acerca los bordes de la herida que se trata de cerrar. El insecto las clava y en el mismo instante, el operador le arranca su tronco. La cabeza con los dientes queda fijada. Esta es la primera puntada de la sutura; coloca unas veinte de ellas a lo largo de la pared del estómago. Durante esta operación el rostro del herido se había vuelto del color de la ceniza. Respira con breves y violentos estertores.
Pero ahora no se queja; es de suponer que el infortunado yace en estado de hipnosis. El curandero cierra también la herida exterior con espinas de mimosa, que introduce a través de la piel...Las cabezas de termita, que han servido para la sutura interna serán absorbidas, exactamente como hoy día es absorbido el catgut.
Este relato muestra, de manera muy notoria, el elemento empírico que puede tener la medicina primitiva junto al mágico-religioso. Entre los medios terapéuticos eficaces que abarca este elemento empírico de la medicina primitiva, destacan las plantas medicinales. De éstas pertenecen a la farmacopea moderna, entre otras, las siguientes: ácido salicílico, quinina, opio, cocaína, efedrina, colchicina, digital, ergotamina. La digital se incorporó a nuestra farmacopea después del redescubrimiento de Whitering publicado en1785 después de 10 años de experiencia.


Primeras civilizaciones
La otra ocupación que ha compartido con la astronomía el privilegio de ser una profesión de las clases superiores ha sido la de la medicina. Pero aquí, aunque su prestigio fuera seguramente muy grande, el éxito real, debido a la esencial complicación de los sistemas vivos, fue necesariamente menor. De hecho, no había nada que un médico de aquel tiempo pudiera hacer, salvo curar algunas heridas corrientes, como dislocaciones y fracturas, e intentar evitar que el paciente se matara a sí mismo o lo mataran sus familiares con un tratamiento o una dieta inadecuados.
Los médicos podían tener éxito, con todo, en el diagnóstico. En la ciudad se les presentaba un número de casos lo bastante elevado como para permitir la comparación; esas comparaciones, ampliadas por la conversación científica y codificadas por la tradición, son en sí mismas un principio de ciencia. Los médicos, mucho antes de ponerse a escribir, transmitieron sus tradiciones oralmente, al principio en cerrados clanes que más tarde se ampliaron por la enseñanza y la adopción. De la descripción, a veces escrita, de las enfermedades - de lo que tenemos ejemplos extraordinariamente interesantes en los primeros papiros egipcios - nacieron ciencias como la anatomía y la fisiología.
El diagnóstico fue especialmente importante en los tiempos primitivos debido a que las leyes, al menos las babilónicas, disponían que el médico que se equivocaba no sólo podía ser perseguido judicialmente sino que incluso podía llegar a perder un ojo si por error lesionaba el de su paciente. No puede sorprender, por lo tanto, que muchas de las descripciones de casos que se encuentran en los papiros egipcios finalicen con las palabras "el caso no puede ser tratado".
La medicina oficial clasificó las plantas y sustancias minerales, cuyo conocimiento proviene tradicionalmente de los hechiceros y brujas de las culturas primitivas. Algunas de ellas habían sido seleccionadas por su manifiesta acción purgante o emética; otras, porque de un modo más bien oscuro parecían beneficiosas para algunas enfermedades, ocurriendo algo parecido al hallazgo de la quinina por los indios sudamericanos para combatir la malaria; en la mayoría de los casos, sin embargo, se trataba probablemente de magia pura, basada en semejanzas como de la mandrágora con el cuerpo humano o las hepáticas con el hígado. Los médicos de la ciudad, con todo, podían recurrir a una región mucho mayor para recoger sus drogas y organizar su producción. Ésta es, más que la agricultura, la fuente de la que surgió la ciencia de la botánica, así como los primeros jardines de plantas o botánicos.


La medicina griega: Hipócrates
HipócratesLa medicina griega contribuye de manera importante a una coherente imagen científica del mundoEn ella crecen dos ramas, una empírica y otra filosófica, que han persistido desde entonces. La medicina griega, como la matemática, continúa ininterrumpidamente la de las antiguas civilizaciones. Los médicos griegos parece que han pertenecido a los asclépidas, o clan de Asclepio, dios de la medicina, uno de los clanes o gremios de trabajo. En el juramento hipocrático tenemos una reliquia bien conservada de una ceremonia de adopción del clan por la que se contraían determinadas obligaciones respecto de los demás miembros y sus familias, aún observadas hoy. Así, en una cláusula se dice:
«Impartiré por precepto, por la lectura y por cualquier otro medio de enseñanza, y no sólo a mis propios hijos, sino también a los hijos de quienes me han enseñado y a los discípulos obligados por el pacto y el juramento según la ley de los físicos, pero a ningún otro.»
En Grecia, como en las antiguas civilizaciones, el médico tenía algo de aristócrata y trataba principalmente a la gente poderosa. El tratamiento de las personas corrientes quedaba en manos de viejas y charlatanes que empleaban los tradicionales remedios mágicos.
El primer impulso de la medicina griega va asociado a la casi legendaria figura del físico Hipócrates de Cos. El llamado cuerpo hipocrático es una masa de tratados médicos escritos seguramente entre los años 450 a 350 a. C., y su tono es decididamente clínico. Se piensa que la medicina es el arte -techné- de curar a los enfermos. El más conocido aforismo de Hipócrates tenía por objeto advertir a los médicos que no debían alimentar a los pacientes cuando éstos tenían fiebre. Al respecto, en uno de los textos que se le atribuyen, podemos leer:
«La vida es corta y el arte largo; la ocasión, fugaz, el experimento, peligroso y el juicio, difícil. Así, no sólo debemos estar preparados para cumplir con nuestro deber, sino que también deben cooperar el paciente, los ayudantes y las circunstancias externas.»
Cada caso se considera en atención a sus características propias, pero la opinión sobre él se basa en la observación de casos parecidos. En esto sigue la tradición de los médicos egipcios. No menciona las causas o curas de la enfermedad de tipo mágico o religioso, e Hipócrates va mucho más lejos renunciando explícitamente a estas causas. Así, en el pasaje sobre la enfermedad «sagrada», la epilepsia, leemos:
«Me parece que la llamada enfermedad sagrada no es más divina que cualquier otra. Tiene una causa natural, al igual que las restantes enfermedades. Los hombres creen que es divina precisamente porque no la conocen... En la Naturaleza todas las cosas son iguales en que pueden reducirse a las causas precedentes.»
La escuela de Cos es, por otra parte, igualmente intolerante en la aplicación de la filosofía a la medicina. En La Medicina Antigua (cuyo autor puede ser el sofista Protágoras) encontramos lo que sigue:
«Quienes intentan discutir el arte de curar basándose en un postulado – frío, calor, sequedad, humedad o cualquier otra fantasía –, limitando así las causas de la enfermedad y la muerte de los hombres a uno o dos postulados, no sólo están claramente equivocados sino que deben fustigarse especialmente porque están equivocados acerca de lo que es un arte o una técnica, y precisamente una que utilizan todos los hombres en las crisis de su vida, honrando altísimamente a los practicantes y artesanos de ese arte cuando son diestros.»
Pese a esta denuncia, el uso de postulados filosóficos tendía a aumentar en la medicina e incluso encontramos esta tendencia en los escritos hipocráticos. Tal cosa derivaba en parte del nacimiento de los estudios anatómicos y fisiológicos. Un discípulo de Pitágoras, Alcmeón, aprendió, mediante la disección, algo acerca de la función de los nervios y se atrevió a afirmar que el cerebro, y no el corazón, es el órgano de la sensación y del movimiento. Este hecho puede haber sido conocido prácticamente por los cazadores primitivos, pero todavía era negado por los médicos dos mil años después.
Las doctrinas más místicas encontraron aceptación con mayor facilidad. Otro pitagórico, Filolao, formuló la doctrina de los tres espíritus o almas del hombre: los espíritus vegetativos, que comparte con todas las cosas que crecen, situados en el ombligo; el espíritu animal, compartido únicamente con las bestias, que da la sensación y el movimiento, situado en el corazón, y el espíritu racional, poseído únicamente por el hombre y localizado en el cerebro. Estos espíritus dominaron la fisiología y la anatomía durante siglos, impidiendo al hombre usar la evidencia de sus sentidos, hasta que la moderna Medicina Científica acabó con ellos.
Entre las obras más importantes de la Corpus hippocraticum (cuerpo hipocrático) está el Tratado de los aires, las aguas y los lugares (siglo V a.C.) que, en vez de atribuir un origen divino a las enfermedades, discute sus causas ambientales. Sugiere que consideraciones tales como el clima de una población, el agua o su situación en un lugar en el que los vientos sean favorables son elementos que pueden ayudar al médico a evaluar la salud general de sus habitantes. Otras obras, Tratado del pronóstico y Aforismos, anticiparon la idea, entonces revolucionaria, de que el médico podría predecir la evolución de una enfermedad mediante la observación de un número suficiente de casos.
La idea de la medicina preventiva, concebida por primera vez en Régimen y en Régimen en enfermedades agudas, hace hincapié no sólo en la dieta, sino también en el estilo de vida del paciente y en cómo ello influye sobre su estado de salud y convalecencia. La Enfermedad Sagrada, un tratado sobre la epilepsia, revela el rudimentario conocimiento de la anatomía que imperaba en la antigua Grecia. Se creía que su causa era la falta de aire, transportada al cerebro y las extremidades a través de las venas. En Articulaciones, se describe el uso del llamado banco hipocrático para el tratamiento de las dislocaciones
El Juramento hipocrático, antiguo juramento realizado por los médicos en su ceremonia de graduación. Este código se atribuye a Hipócrates. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que el juramento puede ser originario de los pitagóricos del siglo IV a.C. Como código de comportamiento y práctica prohibe a los médicos, en su forma original, la realización de abortos, eutanasia o cirugía; se exige también promesa de no mantener relaciones sexuales con los pacientes y guardar secreto profesional de las confidencias que éstos hagan.
A pesar de que algunos principios postulados en el juramento hipocrático siguen vigentes, como la importancia de la confidencialidad y el mantenimiento del principio de justicia con el paciente, otros aspectos carecen hoy de interés. Muchos médicos respetan el derecho de elección de la mujer a tener el feto o abortarlo siempre y cuando las leyes de cada país lo permitan, y en algunos países (por ejemplo, Holanda) la eutanasia es aceptada en determinados casos extraordinarios. Para la gran mayoría de los médicos carece de significado realizar el juramento en nombre del médico Apolo, Asclepio, Higía (Hygiea), Panacea y todos los dioses y diosas. Por estas razones hay juramentos alternativos: La Declaración de Ginebra se adoptó en 1948 en la segunda asamblea general de la Asociación Médica Mundial.

La medicina helenística y romana: Galeno
Médico griego curando a un guerrero herido. Mosaico romano.Las condiciones sociales de los períodos helenístico y romano favorecieron la continuidad de la tradición e incluso un limitado progreso. Gobernantes y ciudadanos sanos no podían existir sin los médicos. De hecho, la vida cada vez más malsana que llevaban les hacia depender progresivamente de ellos. El Museo fomentó bastante la investigación anatómica y fisiológica.
Herófilo de Calcedonia (hacia el año 300 a. C.) fue un gran anatomista y fisiólogo que se basaba en la observación y en la experimentación. Fue el primero en comprender el funcionamiento de los nervios y el uso clínico del pulso, distinguiendo también el funcionamiento de los nervios sensoriales y motores. Erasístrato (280 a. C,) llegó más lejos advirtiendo la importancia de las circunvoluciones del cerebro humano. Aunque se han perdido los originales de los mejores trabajos realizados en el primer período alejandrino, su esencia pasó a la tradición y se incorporó a la producción del último de los grandes médicos clásicos, Galeno (130-200 n. e.). Galeno (en la imagen, un grabado de Galeno de la Edad Media) nació en Pérgamo, en el Asia Menor, pero, después de educarse en esa ciudad y en Alejandría, acabó ejerciendo lucrativamente la medicina en Roma. Más tarde se convirtió en la fuente de la medicina y del saber anatómico arábigo y medieval, adquiriendo en su terreno un prestigio y autoridad tan grandes como Aristóteles en el suyo. Los médicos posteriores, impresionados por la amplitud de sus conocimientos y por su habilidad experimental, vacilaban en enfrentar con las suyas sus propias observaciones. En realidad el Visita del médico a un paciente Siglo II (Museo de la Civilización Romana Roma)sistema de Galeno fue una mezcla de antiguas ideas filosóficas, como la doctrina de los tres espíritus o almas, y agudas, pero a menudo equivocadas, observaciones anatómicas, debido esto último a que se limitaba a la disección de animales.
La fisiología galénica, con su flujo y reflujo de espíritus y sangre en las arterias y nervios, con el corazón como órgano del calor y los pulmones como órganos de enfriamiento, sigue estando viva en el lenguaje popular. Fue en gran parte base de la creencia en el pequeño mundo del hombre – el  microcosmos – durante más de mil años, al igual que la cosmología de Aristóteles lo fue para el inmenso mundo celeste. Hay que llegar al Renacimiento para encontrar nuevamente un conjunto de observaciones comparable al suyo, contándose entonces con una filosofía mecánica muy superior y superándose así las ideas de Galeno. Hasta qué punto fue completa esta superación lo muestra el hecho de que la primera traducción inglesa de las obras completas de Galeno sólo se ha publicado muy recientemente.
Galeno diseccionó multitud de animales, en especial cabras, cerdos y monos, para demostrar cómo los distintos músculos son controlados a diferentes niveles de la médula espinal. Desveló las funciones del riñón y la vejiga e identificó siete pares de nervios craneales.Grabado de Galeno de la Edad Media También demostró que el cerebro controla la voz y que las arterias transportan sangre, poniendo fin la idea vigente durante cuatrocientos años de que lo que transportaban era aire. Galeno describió también las válvulas del corazón, e indicó las diferencias estructurales entre las arterias y las venas, pero no llegó a concebir la circulación de la sangre. En su lugar, defendió la errónea creencia de que el órgano central del sistema vascular era el hígado , y que la sangre se desplazaba desde el hígado hasta la periferia del cuerpo para formar la carne.
Galeno también alcanzó gran renombre en su tiempo como filósofo. En su tratado Sobre los usos de las partes del cuerpo del hombre compartía la opinión del filósofo griego Aristóteles de que nada en la naturaleza es superfluo. La principal contribución de Galeno al pensamiento filosófico fue su idea de que es posible comprender los designios divinos estudiando la naturaleza.
Sus observaciones sobre la anatomía fueron su aportación más duradera. Sus escritos médicos, traducidos por pensadores árabes durante el siglo IX, gozaron de una gran consideración entre los médicos humanistas de la Europa del Renacimiento. Durante su vida escribió alrededor de quinientos tratados sobre medicina, filosofía y ética.

La medicina islámica
La medicina islámica, como la astronomía, fue una continuación directa de la de los griegos. Añadieron sin embargo el descubrimiento de nuevas enfermedades y remedios, cosa que había hecho posible la extensión geográfica de Islam. Los médicos musulmanes y judíos estudiaron gran variedad de enfermedades y se ocuparon asimismo de cuestiones como los efectos del clima, de la higiene y de la dieta, sin descuidar el arte práctica de la cocina. Puesto que estaban al servicio de los gobernantes y los mercaderes ricos, el prestigio de los médicos fue muy elevado, al igual que sus cualidades intelectuales. Los grandes médicos musulmanes, como Rhazes y Avicena, fueron hombres de un saber muy amplio que recurrían a la astronomía con finalidades astrológicas y a la botánica y la química (alquimia) para la selección y preparación de drogas. El hecho de que casi todos los sabios musulmanes fueran médicos, y precisamente médicos en ejercicio, tuvo una influencia importante e insuficientemente reconocida sobre sus ideas científicas y filosóficas.
La óptica
Una de las ramas de la medicina islámica más desarrollada fue el estudio de las enfermedades de los ojos, seguramente por su frecuencia en los países desérticos y tropicales. El tratamiento quirúrgico de las enfermedades oculares condujo a un renovado interés por la estructura del ojo, cosa que dio a los físicos árabes la primera comprensión real de la dióptrica, en el nuevo sentido de paso de la luz por los cuerpos transparentes, llegándose a partir de ahí a la fundación de la óptica moderna. El cristalino indicó el modo de emplear lentes de cristal (beryllus-brillen) o de vidrio para ampliar la imagen o leer, especialmente los ancianos. El ingenio de montar esas lentes en armazones como los anteojos fue muy posterior. El Tesoro óptico de Ibn al-Haitham (Alhazen) (aprox. 1038) fue el primer tratamiento serio del tema, y en él se basaría la óptica medieval. Este tratado, aunque fue mejorado en parte, no llegó a superarse hasta el siglo XVII. En la lente tenemos la primera prolongación del aparato sensorial humano, equilibrando su capacidad motriz ya conseguida con anterioridad mediante el empleo de la mecánica. Es el prototipo de los telescopios, microscopios, cámaras fotográficas y otros instrumentos ópticos de tiempos posteriores. Aunque no hubieran producido nada más, los médicos islámicos realizaron una contribución decisiva a la ciencia con la fundación de la óptica.

La medicina del Renacimiento
Es conveniente examinar la gran aportación del Renacimiento a los estudios biológicos centrados en la medicina. Las facultades de medicina de las universidades italianas fueron la más notable salvedad a la esterilidad y el oscurantismo general. En la Universidad de Padua, especialmente, la facultad de medicina había conquistado un elevado prestigio y atraía a las mentes más brillantes. Esto no pudo mejorar notablemente la práctica médica, pues tuvieron que pasar bastantes siglos antes de que se conociera la suficiente química y biología para aplicarla de un modo eficaz en la batalla contra la enfermedad. Lo que hizo, sin embargo, fue contribuir enormemente al progreso de la ciencia natural.
Los médicos italianos y el gran número de sabios extranjeros que empezaron a estudiar medicina no estaban aislados. Se mezclaban libremente con artistas, matemáticos, astrónomos e ingenieros. De hecho, muchos de ellos seguían también esas profesiones. Copérnico, por ejemplo, estudió y ejerció como médico, además de ser administrador y economista. Fueran estas relaciones las que dieron a la medicina europea, y especialmente a la italiana, su característica orientación descriptiva, anatómica y mecanicista. El cuerpo humano fue objeto de disección, explorado, medido, determinado y explicado como una máquina tremendamente complicada. La explicación fue excesivamente simple; mucho de lo que hoy sabemos acerca de la función o la historia evolutiva de los órganos entonces ni siquiera se sospechó, ni podía sospecharse. Sin embargo, se fundaron una anatomía, una fisiología y una patología nuevas – debemos los dos últimos términos al gran médico francés Jean Fernel (1497-1558) – de carácter esencialmente moderno, sobre la base de la observación y la experimentación directas, empezando a quebrantarse así la autoridad clásica y la tradición mágica en la medicina.

Este trabajo encontró su epítome en el granDe Humani Corporis Fabrica de Andreas Vesalius, que dio la descripción más completa de todos los órganos del cuerpo. Pero seguía faltando una crítica seria de la imagen clásica de Galeno poniéndose una buena anatomía al servicio de una mala fisiología. Sin embargo, la escuela fundada en Padua por Vesalio en 1537 produciría una serie de anatomistas que llegaría hastaHarvey. Vesalio se convirtió en médico del emperador Carlos V. Su rival, Francisco I de Francia, tuvo como cirujano a un hombre que contrastaba con Vesalio en muchos aspectos, Ambroise Paré (1510-90). En realidad se trataba de un artesano inculto que escribía en un francés coloquial acerca de lo que veía con sus propios ojos y ejecutaba con sus manos. Revolucionó el tratamiento de las heridas, especialmente las de bala, que se hicieron muy corrientes en esa época de mortíferas guerras.
 
La mecánica del cuerpo humano
No sólo en los cielos y en las piedras las viejas concepciones eran sustituidas por las nuevas: al mismo tiempo tenía lugar un ataque igualmente efectivo en el universo interior, en la naturaleza del cuerpo humano. La imagen cosmogónica de Aristóteles se centraba esencialmente en la Tierra y el hombre. Al hombre, situado en el centro del universo, se le suponía en contacto directo con todas las partes de éste por medio de influencias y espíritus que le relacionaban con las esferas planetarias. El mismo hombre era un mundo en pequeño, un microcosmos. Los médicos griegos habían explicado detalladamente su funcionamiento, y la descripción de los órganos del cuerpo humano realizada por Galeno se había convertido en cosa tan sagrada como la descripción celeste de Tolomeo. La nueva anatomía del Renacimiento, especialmente la obra de Vesalio, mostró que la imagen de Galeno era errónea. Así, el corazón ocupa en el cuerpo el mismo lugar central y regio que el Sol en el universo. La hermosa demostración de Harvey acerca de la mecánica de la circulación dio gran impulso a la idea de que el organismo era una máquina, aunque más tarde quedara claro que se trataba de una mucho más complicada que la que los hombres de los siglos XVI y XVII habían imaginado.
Sin embargo, el descubrimiento de Harvey tuvo muy pocos efectos inmediatos en la medicina, aparte de justificar los métodos utilizados para evitar la muerte por pérdida de sangre empleados ya por algunos cirujanos como Paré. Pero se trataba de algo absolutamente necesario para una fisiología racional. La imagen del organismo que se infiere de la obra de Harvey consiste en un conjunto de órganos, que pueden llamarse «campos irrigados», provistos de una circulación que pone a cada uno en comunicación con el resto de un modo químico y nutritivo.

Miguel Servet (1511-1553)Si me hallas en error en un sólo punto, no debes por eso condenarme en todos - Miguel Servet
Miguel ServetMédico y teólogo español que fue ejecutado en Suiza debido a sus creencias por dictado del Gobierno calvinista. Sus contribuciones científicas fueron notables: La restauración del cristianismo,publicado poco antes de su muerte, contiene la primera descripción rigurosa del sistema circulatorio pulmonar 
Nació en Villanueva de Sigena, provincia de Huesca, en el Reino de Aragón, en 1511. Estudió Derecho en la Universidad de Toulouse, medicina en las Universidades de París y Montpellier y teología en Lovaina. Empezó la práctica de la medicina en 1540 en Francia, donde ejerció además como médico personal del arzobispo. Hacia 1545 comenzó a mantener correspondencia con el teólogo protestante francés Calvino. A pesar de considerarse católico, manifestó su oposición herética al concepto de la Trinidad y pidió permiso para visitar la ciudad teocrática creada por Calvino en Ginebra, donde fue detenido mientras asistía a misa. Acusado de herejía y blasfemia contra la cristiandad, murió quemado en la hoguera.
Las opiniones religiosas de Servet fueron combatidas por los católicos y por los protestantes de la época. En Del error de la Trinidad (1531) repudió la personalidad tripartita de Dios y el ritual del bautismo. En 1532 escribió Segundo Libro de diálogos sobre la Trinidad.

Nacimiento de la medicina científica: Un origen tardío
Al tiempo que los progresos transformaban el medio de actuación del hombre, tenía lugar otro de importancia todavía mayor: el comienzo de la medicina científica. La razón de que no se iniciara hasta tan tarde fue que la constitución de los organismos vivos es mucho más complicada que la del más complejo sistema mecánico o químico, y éstos deben comprenderse muy bien antes de que sea posible abordar los problemas que plantean los organismos.
La medicina ha existido como una profesión misteriosa desde los mismos orígenes de la civilización, pero a pesar del progreso en el conocimiento de la anatomía y la fisiología, tanto en la época antigua como en la moderna, el médico poca cosa más podía hacer que aliviar el dolor, mitigar la ansiedad de los pacientes y predecir con mayor o menor exactitud los progresos de la enfermedad. Como los seres humanos se recuperan de un modo natural de muchas enfermedades, los cuidados prestados por el médico eran generalmente retribuidos. El formidable aparato de drogas que integraba la farmacopea se había compilado parcialmente a partir de las sustancias simples de la medicina antigua, basada en una mezcla de magia y medicina popular, y en parte de las drogas metálicas de efectos más violentos introducidas por Paracelso en el Renacimiento. Casi todas ellas eran inútiles.
Aquí y allá, por ejemplo, con el empleo de la quinina para la malaria y de la vacunación contra la viruela se habían descubierto algunas pocas medidas preventivas específicas que habían tenido éxito en virtud de afortunados accidentes, pero la falta de una experimentación o de una teoría adecuada hacía imposible su generalización.
Los descubrimientos se suscitaron inicialmente de la aplicación de la química a las antiguas industrias biológicas de la fabricación de cerveza y elaboración del vino, cosa que permitió entender por vez primera que algunas enfermedades mortales, como el carbunco, la hidrofobia, el cólera y la peste, son resultado de la invasión del cuerpo por organismos vivos que provienen del exterior (ver Pasteur y Koch), revelando incluso de prevenir el contagio. A partir de entonces, y al menos en principio, estaba abierto el camino para el dominio de la enfermedad. En sus primeros estadios se demostró que el mismo hombre, mediante el empleo de la ciencia, podía superar lo que siempre había parecido ser la ciega malquerencia del destino o una providencia inescrutable que estaba fuera de su control. Solamente con esto la ciencia se justificaba a sí misma. Pero las ventajas reales de la nueva ciencia médica consistieron en poner todavía más de relieve las condiciones de la pobreza industrial o colonial que subyacía y al propio tiempo sostenía una civilización que en la superficie parecía tan rica y poderosa. Las causas radicales de la enfermedad no eran los gérmenes, sino las condiciones que les obligaban a subsistir y difundirse, sin que vacuna o suero alguno pudiera combatir este mal, tan endémico como el sistema económico mismo.

Microscopio: tejidos y células
Aunque la amalgama de la clásica medicina galénica con sus comentarios árabes aún seguía dominando la práctica médica, las antiguas teorías médicas basadas en los humores ya no podían permanecer en pie ante el progreso de la química y la biología. No obstante, a principios del XIX aún no se había encontrado con qué sustituirla. Consecuencia de ello fue una era de especulaciones arbitrarias y de construcción de sistemas en que charlatanes inspirados como Mesmer, con su magnetismo animal, y anatomistas presuntuosos como Gall, con su "frenología", consiguieron muchos adeptos.
Al propio tiempo, la renovación del interés por la anatomía y la fisiología condujo a los mayores progresos obtenidos desde el Renacimiento en la comprensión del organismo, sano o enfermo. Bichat (1771-1802), en su corta vida, volvió a fundar virtualmente la patología, y por medio de un paciente estudio de la estructura de los diferentes órganos llegó a distinguir los tejidos (nervioso, arterial, venoso, muscular, fibroso, glandular y epidérmico) comunes a todos ellos. A este estudio siguieron otros, en los que los nuevos microscopios acromáticos de Amici (1827) permitieron obtener una mayor penetración en la fina estructura de los tejidos que la que había sido posible a los pioneros del siglo XVII, iniciándose la histología.. Se advirtió que los tejidos estaban a su vez compuestos por células: cuadrangulares en el hígado, alargadas en los músculos y enormemente alargadas en los nervios.Leeuwenhoek
Antonio Van Leeuwenhoek (1632-1723)
 Naturalista holandés llamada "El primer Cazador de Microbios" y el "Padre de la Bacteriología". Tendero en Amsterdam y empleado municipal en Delft, se dedico por afición a pulir lentes y logró fabricar un microscopio con un aumento de 270 diámetros. Constituyo hasta 250 microscopios y en lugar de venderlos los regalo a sociedades cientificas. Aunque carecía de preparación científica era un agudo observador de lo que veía bajo el microscopio y comunicaba sus observaciones a la Real Sociedad de Londres, de la que fue nombrado miembro en 1680. Tiempo después lo fue también de la Academia Francesa de Ciencias. Su invento y sus observaciones propiciaron un gran avance científico.
La teoría celular
Como señalaban en 1839 Schleiden (1804-81) y Schwann (1810- 82) todo el cuerpo puede ser considerado como una colonia de células y, lo que es más, todas las células nacen de una sola o, mas exactamente, de dos: el óvulo y el espermatozoide. Además, todos los seres vivos están formados por células.
El desarrollo real del organismo a partir del óvulo fertilizado había sido seguido por von Baer (1792-1876) casi al mismo tiempo. La. nueva ciencia de la embriología virtualmente fundó von Baer, también puso de manifiesto las relaciones de parentesco entre diferentes animales, agrupándolos según el phylum correspondiente (así, vertebrados, etc.). La teoría celular convirtió en inteligible el desarrollo del individuo de la misma manera que la de la evolución natural hizo inteligible el desarrollo de las especies; ambas parecían seguir caminos paralelos de la evolución.
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Cajal y su microscopio. Pulsa aquí para saber más
El empleo del microscopio en todos los campos de la biología empezó a revelar complicaciones insospechadas, pero en sus primeros estadios tuvo pocos efectos en la práctica real. Solamente cuando se empezaron a estudiar los animales y plantas más simples – los hongos - y las simplicísimas entidades unicelulares de los protozoos y bacterias pudo llegarse a comprender algo de la vida y de las funciones de las células, y con ello la posibilidad de control de los organismos vivos.
Microscopio utilizado por Hooke
El microscopio es un instrumento óptico que permite formar imágenes virtuales, invertidas y aumentadas de objetos pequeños.
Aunque no necesariamente, la mayoría de los microscopios están formados por dos sistemas de lentes: ocular y objetivo. Los que tienen una sóla lente se denominan microscopios símples. Los que cuentan con ocular y objetivo, compuestos. Ordinariamente nos referimos al microscopio compuesto. Los primeros microscopios de esta naturaleza se construyeron hacia 1590.
El uso del microscopio se extendió durante el siglo XVII entre algunos naturalistas europeos, los denominados microscopistas, que realizaron el descubrimiento de numerosas criaturas vivientes minúsculas y detalles anatómicos desconocidos hasta entonces. El inglés R.Hooke (1635-1703) fue quien, observando al microscopio una fina lámina de corcho y viendo lo que en realidad son las paredes vacías de las células muertas que constituyen aquel tejido, propuso el nombre de célula (celda pequeña); el holandés A. Leeuwenhoek (1632-1723) trabajó casi siempre con microscopios simples, con una sola lente; el italiano Malpighi (1628-1694) y el holandés J. Swammderdam (1637-1723) también destacaron por sus trabajos con el microscopio.
El perfeccionamiento del microscopio óptico llegó en el siglo XIX, cuando técnicos especialistas como van Deijl, Lister o Ross lograron la corrección de las aberraciones de las lentes y se inició la fabricación de los objetivos apocromáticos.
A finales del siglo XIX, con los denominados objetivos de inmersión (que trabajan en un medio líquido apropiado) y el perfeccionamiento de los condensadores (que permitieron mejorar la iluminación), el microscopio óptico alcanzó prácticamente su límite, que se sitúa en función de la longitud de onda de la luz empleada, hacia los 2000 aumentos. Durante el presente siglo, los avances, en cuanto al microscopio óptico han sido puntuales, como el microscopio de fluorescencia o el microscopio de contraste de fases, que permite hacer observaciones contrastadas de materiales vivos.



Claude Bernard y la química fisiológica
El arte es "yo"; la ciencia es "nosotros".
Claude Bernard.
Claude Bernard (1.813-1.878) realizó una gran cantida de trabajos científicos, e introdujo el método experimental en la Medicina. Destacan, por ejemplo el hallazgo de la función glucogénica del hígado y los descubrimientos de la secreción externa del páncreas. Fue otro precursor de la medicina científica, francés al igual que Pasteur. Estudió la fisiología del hombre vivo y de los animales y descubrió que las importantes actividades internas del cuerpo se realizan gracias a un complejo equilibrio de reacciones químicasequilibrio cuyo mantenimiento es condición necesaria para la vida misma. Cuanto más complejo es el organismo mayor es su tendencia a mantener sus condiciones internas constantes e independientes de las condiciones externas (HOMEOSTASIS), siendo capaz de reaccionar cuando los organismos más simples están condenados a la inmovilidad o a la muerte.
Lección de Claude Bernard, de 1.889, por León Lhermitte (1.844-1.925).



NeuronaOtros avances: Neurología
El estudio del mecanismo del control nervioso, un aspecto de la fisiología que había permanecido dormido desde los experimentos de Galeno 2.000 años antes, se convirtió también en cosa viva en el siglo XIX. La función de los nervios al enviar mensajes a los músculos y recibirlos a partir de los órganos sensoriales fue, gracias a la obra de Bell (1774-1842) y Magendie (1785-1855), comprendida finalmente, y se hallaron sus relaciones en la vasta complejidad del sistema nervioso. Ello arrojó luz para comprender la función de control que ejerce el más complicado de los órganos: el cerebro.
Incluso en el siglo XIX los biólogos materialistas tenían dudas sobre la naturaleza absoluta de fenómenos puramente mentales. La fisiología empezó a revelar que incluso los cuerpos de los animales más simples son infinitamente más complicados de lo que habían imaginado los filósofos.


La fermentación
Como frecuentemente ocurre en la historia de la ciencia, las anteriores conquistas procedieron de un campo completamente distinto al de la biología propiamente dicha, el estudio de las plagas agrícolas y de la química industrial. Desde antes de la aparición de la civilización, el hombre empleaba ya algunos de los procesos conocidos generalmente como de fermentación, si el resultado era agradable, y de putrefacción en caso contrario. Pero una práctica cuidadosa y la observación habían llegado a garantizar un dominio determinado y reproducible de un limitado conjunto de procesos: la producción de cerveza, la maduración de los quesos y el curtido de las pieles; sin embargo, como ocurre en todos los procesos conseguidos técnicamente, era extraordinariamente difícil y peligroso modificarlos, y la enorme expansión de la demanda creada por las nuevas poblaciones de principios del siglo XIX no sólo aumentó el consumo sino que provocó muchos accidentes.
Pasteur y la bacteriología
En 1855, en la creciente ciudad industrial de Lille, Pasteur, entonces un joven profesor de química, entró en contacto por vez primera con la actividad de los fermentos vivos. La cerveza y el vinagre, que generalmente son buenos, a veces, inexplicablemente, no lo son, y Pasteur, al no encontrar explicación química para ese fenómeno, los examinó por medio del microscopio. Así descubrió que cuando la fermentación es normal se observan las pequeñas células redondas de la levadura ya estudiadas en 1839 por Caignard de la Tour (1777-1859), pero que las fermentaciones anormales se caracterizan por contener diversos organismos, a los que llamó vibrios, por vibrar continuamente en el campo de visión del microscopio. Pero Pasteur se había ocupado ya de la actividad química de los seres vivos en la producción de "moléculas asimétricas". Sus experimentos con mohos le habían convencido de que los procesos de la fermentación se deben a los organismos vivos y no a inertes reacciones químicas. En tanto que químico, no se limitó a estudiar la apariencia de los microorganismos, sino que observó también su comportamiento químico. Determinó cuáles de ellos pueden vivir en el aire y cuáles no, y como consecuencia de esto estableció algunos procedimientos ingeniosos y prácticos, incluido el que hoy conocemos como pasteurización, para evitar que se interfirieran en la producción de a cerveza o el vinagre.
Estos conocimientos acerca de los organismos vivos y su papel en la fermentación fueron los que incitaron a Pasteur. a formular su vigorosa negativa a la posibilidad de una generación espontánea e a vida que le condujo a su famosa discusión con Pouchet (1800-72). Mostró que si se eliminaban los invisibles microbios del aire, las sustancias vegetales y animales podían permanecer indefinidamente incorruptas. De este modo convenció al mundo ilustrado de la bondad de los métodos empleados por el cocinero Appert, en 1810, hirviendo los alimentos y conservándolos en vasijas de vidrio cerradas herméticamente; la idea sirvió de base para la gran industria de las conservas. Se objetaba, sin embargo, que las vasijas de Appert no contenían oxígeno, y que ésta era la causa de putrefacción; pero Pasteur demostró que aunque se filtrara el aire el procedimiento era igualmente efectivo para impedirla.
La preocupación de Pasteur por el aspecto orgánico de la fermentación también le llevó a oponerse a la idea de von Liebig según la cual ésta se debe a un fermento químico específico, y su éxito determinó el abandono casi general de tal idea. Con todo, en 1897 E. Buchner (1860-1917), casi accidentalmente, consiguió aislar un fermento de esas características, iniciando el estudio de las enzimas. Tanto Liebig como Pasteur estaban en lo cierto: la fermentación es producto de un fermento, pero ese fermento sólo puede ser elaborado por un organismo vivo.
La misteriosa enfermedad del gusano de seda y la teoría de los gérmenes
En 1865 Pasteur emprendió otra tarea más difícil. Las nuevas industrias francesas dependían en gran parte del abastecimiento de seda, y su producción estaba amenazada de extinguirse por una misteriosa enfermedad del gusano de seda. Pasteur fue encargado de investigar sobre ella. En aquella época tenía tan poco de naturalista que no sabía siquiera lo que era un gusano de seda ni que la crisálida llega a convertirse en mariposa. No obstante, tras un período de intensa investigación advirtió que la enfermedad se debe a una especie de organismo que en realidad vive y crece en el interior del cuerpo de la oruga, hallando así la clave para atacar la enfermedad.
A partir de entonces empezó a pensar cada vez más que las enfermedades de los grandes organismos, de los animales y del hombre, se deben a causas similares, a diminutos gérmenes patógenos. La idea no era nueva: se trataba, en efecto, de algo tan viejo como la enfermedad misma, según atestiguan los fenómenos de la infección y de las epidemias. En realidad hacía ya tiempo que Jenner había dado el primer paso oficial práctico para dominar la viruela por medio de la vacunación, que presuponía la existencia de un virus activo de la enfermedad en una forma atenuada en contraste con la drástica inoculación de la viruela misma que se había practicado durante siglos. Sin embargo, los gérmenes de la enfermedad nunca habían sido hallados, y los médicos profesionales, influidos todavía por doctrinas aristotélicas o hipocráticas, se negaban a admitir su existencia. Los gérmenes, con todo, ya habían sido observados hacía años por Leeuwenhoek por medio de sus sencillos, pero excelentes microscopios, aunque no le parecía que hubiera una clara relación entre los diminutos seres observados y las enfermedades que afligen a los animales y al hombre.
Tras acumularse pruebas durante más de doscientos años, el descubrimiento de la función de las bacterias acabó siendo cosa obvia. Como en otros casos, Pasteur no fue ni el primero ni el único en llegar a él. Koch(1843-1910), un médico rural alemán siguiendo a Davaine (1812-82), estudió la multiplicación del bacilo del ántrax y desarrolló un método para hacerlo vivir en gelatina que hizo posible la obtención de cepas puras. Más tarde utilizó este método para aislar a los agentes de la tuberculosis y del cólera. Lister (1827-1912), en Escocia, desarrolló las técnicas prácticas de la antisepsia, consiguiendo que empezara a descender de tasa de mortalidad en los hospitales. Pasteur, no obstante, fue el principal campeón de la lucha contra los microbios.
Pasteur contra los médicos
Por su devoción al bien de la humanidad y su terrible fuerza de carácter, más que por fría argumentación científica, Pasteur consiguió romper la oposición a su nuevo enfoque de la enfermedad, pero esta oposición fue feroz y agrupó en su favor a casi todos los médicos. Pasteur necesitó toda su antigua fama de buen químico y todo el prestigio adquirido como consejero industrial y como vencedor de la enfermedad del gusano de seda para persuadir a las autoridades de los diversos hospitales de que adoptaran lo qué hoy consideramos las más elementales medidas de asepsia. Pero una vez que hubo demostrado los resultados de la inmunización, primero con el ántrax del ganado y luego con la hidrofobia en el hombre, el entusiasmo popular obligó a los médicos a aceptar sus ideas.
La revolución introducida por Pasteur significó de hecho la fundación de la medicina científica. En los siglos anteriores se había adelantado mucho en el conocimiento del cuerpo humano y de su funcionamiento tanto sano como enfermo, pero se trataba solamente de una semiciencia, capaz de predecir y paliar los síntomas pero falta de los medios de dominar la enfermedad por medidas preventivas eficaces o curándola. Las escasas medidas preventivas, como la cuarentena y la vacunación, o la cura mercurial para la sífilis y la quinina para la malaria, no eran más que la utilización inteligente de descubrimientos casuales o de tradiciones tribales. Puesto que no se basaban en teoría científica alguna no eran susceptibles de generalización y de utilización para la curación de otras enfermedades. Sin la teoría de los gérmenes era imposible comprender lo que ocurre en las enfermedades infecciosas, y los médicos tenían que dejarlas seguir su curso o incluso contribuir involuntariamente a su difusión.
El control de las epidemias
Cuando se comprendió claramente la teoría de los gérmenes y la técnica de su aplicación docenas de médicos se dedicaron a estudiar las enfermedades infecciosas, buscando el germen que as causaba y a menudo o, aunque no siempre, hallando un suero inmunizador o curativo, o indicando las precauciones necesarias para detener las epidemias. Contrarrestadas por las mejoras sanitarias empezaron a desaparecer de Europa las enfermedades de origen hídrico como el tifus y a disminuir la mortalidad infantil debida a la difteria. A su vez, algunos azotes como el cólera, la peste y la malaria fueron dominados salvo donde la pobreza hacía que las nuevas medidas fuesen imposibles de aplicar.
El mismo éxito de la teoría del origen de la enfermedad infecciosa por gérmenes patógenos, al mostrar el modo de dominar las más agudas enfermedades que diezmaban al género humano en la infancia y en la juventud, cegó a la opinión pública, y en menor grado a los médicos durante algún tiempo, impidiendo reconocer que sólo se había derrotado a la vanguardia de las enfermedades y que el tratamiento de las mismas, como producidas por agentes externos, descuidaba las reacciones del cuerpo. Quedaban todavía, para desafiar a los médicos del siglo XX, los mortales enfermedades de la diabetes, las enfermedades cardíacas y el cáncer. Sin embargo, a través de la bacteriología la ciencia entró de una vez para siempre en el dominio de la práctica médica convirtiéndose en segunda parte esencial de la tradición médica.
La obra de Pasteur y de sus discípulos, así como de las restantes escuelas de bacteriología, significó para la ciencia mucho más que sus consecuencias prácticas inmediatas por críticas que fueran éstas en la historia de la civilización. Pasteur demostró que ni siquiera los organismos más simples nacen ex novo, es decir, que no se produce en la tierra creación nueva de vida. Que los organismos diminutos viven es cosa que se podía dar por cierta por sus movimientos y su reproducción. Pero su vida debía ser muy diferente a la de los organismos superiores, sería una vida esencialmente química más que mecánica, dependiente más de su arquitectura molecular que de su arquitectura externa. De este modo Pasteur se convirtió en uno de los grandes precursores de la revolución de la bioquímica del siglo xx.

Robert Koch y la bacteriología moderna
Robert Koch (1843-1910), científico alemán galardonado con elpremio Nobel fue el iniciador de la bacteriología médica moderna; aisló varias bacterias patógenas, incluida la de la tuberculosis, denominada por ello en su honor bacilo de Koch(Mycobacterium tuberculosis), y descubrió los vectores animales de transmisión de una serie de enfermedades importantes.


Nacido en Alemania, en 1843, Koch se incorporó a la Universidad de Göttingen en 1862, donde estudió botánica, física y matemáticas e inició la carrera médica, que ocuparía el resto de su vida. Tras breves estancias en el Hospital General de Hamburgo y en una institución para niños discapacitados psíquicos, comenzó a ejercer la medicina privada. Sus actividades profesionales no le impidieron desarrollar otros intereses como la arqueología, la antropología, las enfermedades ocupacionales, como el envenenamiento por plomo, y el emergente campo de la bacteriología.
Su primer descubrimiento importante se produjo en la década de 1870, cuando demostró que el ántrax o carbunco sólo se desarrollaba en los ratones cuando el material inyectado en su torrente sanguíneo contenía bastones o esporas viables del Bacillus anthracis.
Ver gráfico animado (flash): Ántrax y terrorismo
El aislamiento del bacilo del carbunco por parte de Koch constituyó un hito histórico, ya que por primera vez pudo demostrarse sin duda cuál era el agente causante de una enfermedad infecciosa. Quedó claro que las enfermedades infecciosas no estaban causadas por sustancias misteriosas, sino por microorganismos específicos, en este caso bacterias. Koch mostró también cómo debe trabajar el investigador con dichos microorganismos, cómo obtenerlos a partir de animales infectados, cómo cultivarlos artificialmente y cómo destruirlos. Koch comunicó sus observaciones al gran patólogo alemánJulius Friedrich Cohnheim y sus colaboradores, uno de los cuales era el bacteriólogo Paul Ehrlich, pionero de la inmunología moderna.
En 1880, tras finalizar un importante trabajo bacteriológico sobre infecciones en las heridas, fue nombrado consejero del gobierno en el Departamento Imperial de la Salud en Berlín, donde, a partir de entonces, llevó a cabo la mayoría de sus investigaciones. En 1881 dio a conocer sus estudios sobre la tuberculosis y al año siguiente anunció que había aislado el bacilo responsable de tan terrible enfermedad. Sus hallazgos fueron confirmados por investigadores de todo el mundo. El descubrimiento permitió mejorar las técnicas diagnósticas mediante la identificación del bacilo en las excreciones corporales, especialmente en los esputos.
Koch dedicó entonces su atención al cólera, que en 1883 había alcanzado niveles de epidemia en la India. Se desplazó allí, identificó el bacilo causante de la enfermedad y descubrió que era transmitido a los seres humanos sobre todo a través del agua. Más tarde viajó a África, donde estudió las causas de las enfermedades transmitidas por insectos.
En 1891 Koch fue nombrado director del Instituto de Enfermedades Infecciosas de Berlín (que en la actualidad lleva su nombre), creado para la investigación médica especializada. Permaneció al frente del mismo hasta el día de su jubilación en 1904. En 1905 obtuvo el Premio Nobel de Fisiología y Medicina. Murió el 27 de mayo de 1910 en el balneario alemán de Baden-Baden.

Paul Ehrlich (1854-1915)
Paul EhrlichBacteriólogo y premio Nobel alemán conocido por sus estudios sobre el sistema inmune y por su método para el tratamiento de la sífilis.
Consiguió su doctorado en 1878 con una tesis sobre la teoría y práctica de la tinción histológica. Desarrolló métodos para la detección y diferenciación de diversas enfermedades de la sangre. La más significativa de sus innovaciones fue el uso de diferentes tintes, por ejemplo los azules de metileno y de indofenol, como tintes selectivos para diferentes tipos de células.
Su principal contribución a la medicina fue la teoría de la inmunidad de cadena lateral, que establecía la base química para la especificidad de la respuesta inmunológica. Con esta teoría se intentó explicar la capacidad de ciertas toxinas para producir tanto un efecto tóxico como una respuesta inmune en los mamíferos. Ehrlich postuló que las células tienen en su superficie moléculas receptoras específicas, o cadenas laterales, que sólo se unen a determinados grupos químicos de las moléculas de toxina; si las células sobreviven a esta unión, se produce un excedente de cadenas laterales, algunas de las cuales son liberadas a la sangre en forma de antitoxinas circulantes, lo que hoy llamaríamos anticuerpos. Esta teoría sentó las bases de las modernas teorías inmunológicas.Elie MetchnikoffTambién hizo importantes aportaciones en el campo de la quimioterapia, que incluyen el uso del 606, la llamada "bala mágica" o salvarsán, una preparación de arsénico orgánico empleada en el tratamiento de la sífilis.
En 1908 compartió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina con el bacteriólogo ruso Iliá Mechnikov en reconocimiento al trabajo de ambos en el terreno de la química inmunológica. Recibió también la Gran Medalla de Oro Prusiana de la Ciencia (1903) y la Medalla Liebig (1911); fue nombrado miembro honorario de más de ochenta sociedades médicas y científicas nacionales y extranjeras, y recibió varios doctorados honoríficos. Murió, el 20 de agosto de 1915, en Hamburgo.


Camillo Golgi (1844-1926)
Camillo GolgiMédico italiano galardonado con el Premio Nobel y famoso por su trabajo sobre el sistema nervioso humano. Nació en Corteno y estudió en la Universidad de Pavía. Fue catedrático de histología y patología en esta universidad y en la de Siena. Sus principales aportaciones estuvieron relacionadas con el estudio del tejido nervioso. Fue el primero en emplear nitrato de plata para teñirlo antes de examinarlo almicroscopio, y consiguió demostrar la estructura de los procesos de las células nerviosas. En el campo de la patología, Golgi demostró la existencia de tres variedades de parásitos correspondientes a diferentes tipos de malaria. Por sus trabajos sobre la estructura del sistema nervioso compartió en 1906 el Premio Nobel de Fisiología y Medicina con el histólogo español Don Santiago Ramón y Cajal.


Don Santiago Ramón y Cajal (1852-1934)
Histólogo y premio Nóbel español conocido por sus trabajos sobre el sistema nervioso; demostró la discontinuidad celular de las neuronas y anticipó el mecanismo de propagación del impulso nervioso.
Dibujo de neuronas realizado por Ramón y CajalCajal demostró la discontinuidad celular de las neuronas y anticipó el mecanismo de propagación del impulso nervioso.
Nació en Petilla de Aragón, estudió medicina en la Universidad de Zaragoza y cursó el doctorado en Madrid. En 1883 obtuvo la cátedra de anatomía descriptiva de la Universidad de Valencia y estudió la epidemia de cólera que azotó Valencia en 1885. Dos años más tarde, en 1887, se trasladó a Barcelona como catedrático de histología, donde realizó sus trabajos más importantes. En 1889 descubrió los mecanismos que gobiernan la morfología y los procesos conectivos de las células nerviosas de la materia gris del sistema nervioso cerebroespinal. Durante los siguientes dos años desentrañó los cambios básicos que experimenta la neurona durante el funcionamiento del sistema nervioso. Fue también el primero en aislar las células nerviosas, llamadas células de Cajal, que se encuentran cerca de la superficie del cerebro. En 1892 se instaló en Madrid y fue nombrado catedrático de histología de la universidad de Madrid, donde trabajó y prolongó su labor científica hasta su muerte. Por su trabajo en este campo, Cajal compartió en 1906 el Premio Nóbel de Fisiología y Medicina con el citólogo italiano Camillo Golgi. A lo largo de su vida realizó diversas publicaciones tanto científicas como algunas de valor literario, destacando su tratado fundamental: Histología del sistema nervioso del hombre y los vertebrados (1905). En 1922 fundó en Madrid el Instituto Cajal para el desarrollo de la investigación neurohistológica.
Cajal y su esposa    Cajal con sus hijos



Antibióticos: importancia histórica
Sir Alexander Fleming y la penicilina
Sir Alexander Fleming (1881-1955), bacteriólogo y premio Nóbel británico, se hizo famoso por el descubrimiento de la penicilina. Nacido en Escocia, se formó en la Facultad de Medicina del St. Mary's Hospital de la Universidad de Londres, donde trabajó como catedrático de bacteriología desde 1928 hasta 1948, año en que fue nombrado profesor emérito.
Fleming desarrolló importantes investigaciones en los campos de la bacteriología, la quimioterapia y la inmunología. En 1922 descubrió la lisozima, un antiséptico natural presente en las lágrimas, las secreciones corporales, la albúmina y ciertas plantas. El descubrimiento de la penicilina tuvo lugar accidentalmente en 1928 en el curso de sus investigaciones. Al observar que un moho que contaminaba una de sus placas de cultivo había destruido la bacteria cultivada en ella, sentó las bases para el desarrollo de la terapia con penicilina
Fleming fue nombrado sir en 1944. En 1945 compartió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina con los científicos británicos Howard Walter Florey y Ernst Boris Chain por sus contribuciones al desarrollo de la penicilina.
¿ Qué son los antibióticos?
Se denomina Antibiótico (del griego, anti, 'contra'; bios, 'vida'), a cualquier compuesto químico utilizado para eliminar o inhibir el crecimiento de organismos infecciosos. Una propiedad común a todos los antibióticos es la toxicidad selectiva: la toxicidad hacia los organismos invasores es superior a la toxicidad frente a los animales o seres humanos. La penicilina es el antibiótico más conocido, y ha sido empleado para tratar múltiples enfermedades infecciosas, como la sífilis, la gonorrea, el tétanos o la escarlatina. La estreptomicina es otro antibiótico que se emplea en el tratamiento de la tuberculosis. En un principio, el término antibiótico sólo se empleaba para referirse a los compuestos orgánicos producidos por bacterias u hongos que resultaban tóxicos para otros microorganismos. En la actualidad también se emplea para denominar también compuestos sintéticos o semisintéticos. La principal categoría de antibióticos son los antibacterianos, pero se incluyen los fármacos antipalúdicos, antivirales y antiprotozoos.

Historia de los antibióticos
El mecanismo de acción de los antibióticos no ha sido conocido de forma científica hasta el siglo XX; sin embargo, la utilización de compuestos orgánicos en el tratamiento de la infección se conoce desde la antigüedad. Los extractos de ciertas plantas medicinales se han utilizado durante siglos, y también existe evidencia de la utilización de los hongos que crecen en ciertos quesos para el tratamiento tópico de las infecciones. La primera observación de lo que hoy en día se denominaría efecto antibiótico fue realizada en el siglo XIX por el químico francés Louis Pasteur, al descubrir que algunas bacterias saprofíticas podían destruir gérmenes del ántrax. Hacia 1900, el bacteriólogo alemán Rudolf von Emmerich aisló una sustancia, capaz de destruir los gérmenes del cólera y la difteria en un tubo de ensayo. Sin embargo, no eran eficaces en el tratamiento de las enfermedades.
En la primera década del siglo XX, el físico y químico alemán Paul Erlich ensayaron la síntesis de compuestos orgánicos capaces de atacar de manera selectiva a los microorganismos infecciosos sin lesionar al organismo huésped. Sus experiencias permitieron el desarrollo, en 1909, del salvarsán, un compuesto químico de arsénico con acción selectiva frente a las espiroquetas, las bacterias responsables de la sífilis. El salvarsán fue el único tratamiento eficaz contra la sífilis hasta la purificación de la penicilina en la década de 1940. En la década de 1920, el bacteriólogo británico Alexander Fleming, que más tarde descubriría la penicilina, encontró una sustancia llamada lisozima en ciertas secreciones corporales como las lágrimas o el sudor, y en ciertas plantas y sustancias animales. La lisozima presentaba una intensa actividad antimicrobiana, principalmente frente a bacterias no patógenas.
La penicilina, el arquetipo de los antibióticos, es un derivado del hongo Penicillium notatum. Fleming descubrió de forma accidental la penicilina en 1928; esta sustancia demostró su eficacia frente a cultivos de laboratorio de algunas bacterias patógenas como las de la gonorrea, o algunas bacterias responsables de meningitis o septicemia. Este descubrimiento permitió el desarrollo de posteriores compuestos antibacterianos producidos por organismos vivos. Howard Florey y Ernst Chain, en 1940, fueron los primeros en utilizar la penicilina en seres humanos.
La tirotricina fue aislada de ciertas bacterias del suelo por el bacteriólogo americano René Dubos en 1939; fue el primer antibiótico utilizado en enfermedades humanas. Se emplea para el tratamiento de ciertas infecciones externas, ya que es demasiado tóxico para su utilización general. Los antibióticos producidos por un grupo diferente de bacterias del suelo denominadas actinomicetos han resultado más eficaces. Laestreptomicina pertenece a este grupo; fue descubierta en 1944 por el biólogo americano Selman Waksman y colaboradores; es efectiva en el tratamiento de muchas enfermedades infecciosas, incluidas algunas contra las que la penicilina no es eficaz, como la tuberculosis.
Desde la generalización del empleo de los antibióticos en la década de 1950, ha cambiado de forma radical el panorama de las enfermedades. Enfermedades infecciosas que habían sido la primera causa de muerte, como la tuberculosis, la neumonía o la septicemia, son mucho menos graves en la actualidad. También han supuesto un avance espectacular en el campo de la cirugía, permitiendo la realización de operaciones complejas y prolongadas sin un riesgo excesivo de infección. Se emplean igualmente en el tratamiento y prevención de infecciones por protozoos u hongos, especialmente la malaria (una de las principales causas de muerte en los países en desarrollo). Sin embargo, los avances han sido pocos en el campo del tratamiento de las infecciones virales. Existen fármacos para el tratamiento del herpes zoster o de la varicela. Se está realizando una intensa labor investigadora para encontrar un tratamiento eficaz para la infección del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), con incidencia mundial en la actualidad.


Severo Ochoa (1905-1993)
ADNMédico, bioquímico y premio Nobel nacido en España y con nacionalidad estadounidense. Sus hallazgos fueron decisivos para descifrar el código genético. Fue la primera persona que sintetizó un ácido nucleico, en 1955.
Ochoa nació en Luarca, Asturias; estudió fisiología con Juan Negrín en la Universidad de Madrid, donde en 1929 se licenció. Tras realizar trabajos como postgraduado en Glasgow, Berlín y Heidelberg, impartió clases en las universidades de Madrid, Heidelberg y Oxford. En 1940 se instaló en Estados Unidos, y en 1956 obtuvo la nacionalidad estadounidense. Ochoa se incorporó en 1942 a la facultad del College of Medicine de la Universidad de Nueva York; en 1954 fue nombrado director del departamento de bioquímica. En 1955 aisló la polinucleotidofosforilasa, enzima capaz de realizar la síntesis de ácidos ribonucleicos. Por este descubrimiento le fue concedido el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1959, compartido con el bioquímico estadounidense Arthur Kornberg; Ochoa fue galardonado por sus investigaciones sobre el ácido ribonucleico (ARN), Kornberg por las realizadas sobre el ácido desoxirribonucleico (ADN). Durante la década de 1970 su laboratorio contribuyó a identificar las correspondencias entre los nucleótidos y los aminoácidos de las proteínas, la clave de la genética. Falleció en 1993, en España, tras su regreso definitivo ocho años antes.